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FALSO 9

FIABILIDAD

José Antonio Garriga Vela

Viernes, 9 de diciembre 2016, 09:31

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Hay futbolistas que saltan al terreno de juego y los compañeros suspiran aliviados. Sin embargo, otros crean confusión y desequilibrio. Unos son fiables y otros no. Los segundos no tienen porqué ser malos jugadores, pero siembran dudas. Otro compañero tiene que estar pendiente de que no cometan ningún error. Pasa en todas las líneas del equipo. Un portero indeciso obliga a la defensa a despejar el balón antes que retrasarlo. Si el error se produce en la zaga, el centro del campo y los delanteros bajan a defender y pierden la oportunidad de marcar goles. Nadie puede estar en dos sitios a la vez. Los jugadores fiables permiten la concentración de los demás. El hombre tranquilo se mueve por el rectángulo de juego transmitiendo confianza al equipo. No es necesario cubrir su espacio porque no suele fallar nunca. El espectáculo del fútbol me recuerda al teatro. Cuando un actor comete errores ha de haber a su lado otro actor superior que desvíe y atraiga la atención del público, salve la obra o mitigue el fracaso. Un equipo de fútbol con once hombres seguros, cada cual en su puesto, sería casi invencible. Únicamente lo derrotaría otro equipo igual de íntegro y más afortunado. La suerte de los campeones. Teatro y fútbol son dos espectáculos que emplean métodos similares para alcanzar el éxito. Los grandes actores, igual que los buenos futbolistas, no son histriónicos; al contrario, se manifiestan de manera sencilla sobre el escenario y en el terreno de juego, sin llamar la atención consiguen transformar la genialidad en algo tan simple que resulta sorprendente. Detrás hay un gran director. Un entrenador que ensaya a diario con todos los intérpretes para sorprender al público adversario. Ser o no ser fiable, ahí está la cuestión.

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