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FÚTBOL ESCRITO

Weligton, capitán hoy y siempre

JOAQUÍN MARÍN D.

Jueves, 8 de diciembre 2016, 10:01

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La rodilla derecha de Weligton está maltrecha. No es raro en un futbolista de su amplia trayectoria, que fue granjero antes que defensa en su Brasil natal, que cruzó el Atlántico para enrolarse en un equipo portugués y que más tarde se marchó al Grasshoppers suizo antes de encontrar acomodo en la que siempre será su casa, Málaga. Nunca fue Weligton un jugador salido de los laboratorios de los todopoderosos agentes de hoy, ni producto de una cantera ordenada de las que generan futbolistas que nunca pisarán un campo de tierra. Weligton es un trabajador denodado que ha vivido la dureza del fútbol y que ha merecido sobradamente lo que su calidad y esfuerzo le han permitido conquistar. Hace poco se han cumplido nueve años de su llegada a La Rosaleda, ya con 28 años, aquella temporada de Segunda que acabaría con el feliz retorno a Primera que aún hoy disfrutamos. Él sigue en el equipo, el único superviviente de aquella plantilla, y ha desarrollado una carrera dignísima, premiada con la capitanía en la inolvidable Champions en la que el Málaga fue ese equipo revelación al que robaron la posibilidad de jugar la semifinal. Nunca fue internacional con Brasil, pero lo mereció de largo; y siempre ocupó su puesto de titular por más que le trajeran competencia de renombre como Demichelis, Mathijsen o Lugano. Ha sido padre y maestro de jóvenes jugadores, ha puesto en su sitio a Messi, se ha partido varios huesos defendiendo la blanquiazul. Ahora parece que su rodilla derecha puede obligarle a decir adiós, porque nada dura para siempre, salvo los recuerdos que las aficiones guardan de los futbolistas que marcaron una época, como Adams, Zanetti o Maldini. Weligton es nuestro capitán, ayer, hoy y siempre, con el dorsal 3 en la alineación histórica que recitaremos.

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