Pobre espectáculo

En un partido que resultó francamente malo, los dos entrenadores empezaron sorprendiendo con la formación de sus quintetos iniciales. A destacar la alegría de ver de nuevo a Nedovic, que empezó como escolta emparejado defensivamente con Baron. La otra gran sorpresa fue el desarrollo de las primeras acciones del Unicaja, con balones para NDiaye, que se mostró muy intenso en sus movimientos sobre el aro murciano. La defensa local presionaba en todo el campo y cambiaba de hombre con asiduidad. Los visitantes buscaban el juego rápido y el Unicaja alternó muy bien el tiro exterior con las acciones de sus hombres altos. En el octavo minuto ya había mandado Plaza a todos sus titulares al banquillo. Los 32 puntos locales en el primer cuarto, con diez de Waczynski, eran una clara muestra de la escasa resistencia murciana. En el segundo, la defensa interior del Unicaja perdió fuerza y el frenético ritmo de sustituciones impuesto por Plaza restó acierto a su ataque. Todo influyó para que el Murcia igualara el marcador y tomara la iniciativa en el juego.

Sin pívots

Tras el descanso, Plaza dispuso un quinteto con Díaz de único base. Los dos equipos jugaban más lentos y asumiendo menos riesgos. Como su equipo no despegaba, el técnico local dio entrada a Fogg y después a Nedovic. Los visitantes seguían haciendo daño cerca del aro local y el Unicaja limitaba su ataque a los tiros exteriores. Curiosamente, en la recta final del tercer cuarto, con dos aleros (Suárez y Brooks) en las posiciones interiores, el Unicaja logró adelantarse en el marcador.

Escaso juego

En el último cuarto, Plaza mantuvo su quinteto pequeño. El juego de ataque local era un rosario de errores y carecía de organización. Como los visitantes estaban en la misma línea, el partido era un esperpento. Al final, el Unicaja volvió a jugar sin pívots y un triple de Antelo nos condenó a una prórroga en la que el equipo malagueño encontró un poco más a Musli y pudo ganar, pero no salvó el average. Todo queda pendiente para la última jornada, en la que descansa el Murcia, y el Unicaja viaja a San Petersburgo.