Roscos

Estamos en adviento y anteayer hubo alerta por el aire. Sigue lloviendo poco, lo que ocurre es que llueve todo a la vez. Ha venido una racha de lluvias y hay que aprovechar. El campo lo agradece pero los pantanos no tanto. La lluvia abundante cae en hectolitros, sin embargo los pantanos beben en hectómetros, y así vamos, sin entendernos. Susana Díaz ha viajado a Bruselas y trae un hectómetro de encuentros con autoridades políticas, mientras que Juanma Moreno, que la esperaba allí, se ha traído sólo un hectolitro. El líder del PP andaluz logró la foto con Schulz, pero Schulz acababa de anunciar que dejaba la Eurocámara. Quiso fotografiarse con Susana Díaz, aunque para eso no hacía falta salir de Sevilla, donde la lluvia es una maravilla. A lo mejor por la tarde se llamaron Susana y Juanma por el gusto de entenderse. El malagueño Conejo lo ha tenido más fácil porque ha viajado a México, donde le habrán dicho licenciado, qué pasó. Mejor que no responda literalmente, pues además se trata de una pregunta retórica, un pinche saludo. En Madrid se han entendido PP y PSOE y van a subir un 8% el salario mínimo, que era mínimo de verdad. En la patronal, el catalán Rosell se ha molestado con el navarro Catalán, a costa de las palabras de este en el foro de SUR. Se agradece el agua y también que el presidente de una cadena hotelera le dé la vuelta a la tarjeta de no molestar. Ya está bien de que a pesar de contar con un salario no se llegue a final de mes, que cada vez está más lejos del comienzo.

Cuando se termine adviento llegará la navidad aunque si vas al centro verás que ya ha llegado. No sé si las luces se verán desde el espacio, donde andan algo desesperados. Una nave rusa de carga interplanetaria se ha estrellado. Lo informa la agencia espacial rusa, que tiene un nombre navideño: Roscosmos. La nave portaba dos toneladas y media de agua (disculpe ¿me lo dice en hectolitros?), alimentos (mantecados de la Estepa y ensaladilla, supongo) y equipo técnico. Pobres astronautas. Espero que no tengan que llegar al extremo de comerse unos a otros, porque rompería el espíritu navideño. Tanto estudiar y tanta promoción y competitividad para acabar en una cápsula espacial. Y la comida que no llega. La versión navideña de la pobre Laika sería un cerdo ibérico. Un filósofo dijo el lunes que no llegaremos a Marte, ni falta que nos hace. Queremos verlo todo, pero nos cuesta ver lo más cercano. Por eso tiene tanto valor la crítica de Catalán. Ha visto lo primero. Es sucio que la persona que limpia gane una porquería. A menudo los poderosos habitan una cápsula espacial a la que claro que llega comida. Desde el Gobierno central le han dicho a Puigdemont que sólo se reunirán con él para hablar del café para todos. Deberían añadir una bandeja de roscos, como en la agencia espacial rusa.