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Los museos también sirven para hacer equilibrismo político.
El equilibrio es imposible
LÍNEA DE FUGA

El equilibrio es imposible

Una semana basta para defender una cosa y la contraria, también en la gestión cultural

Antonio Javier López

Domingo, 20 de noviembre 2016, 10:27

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Fue un disco raro 'Ultrasónica' y, como todo disco raro, tenía dentro una joya ineludible y oscura: 'El equilibrio es imposible', la segunda pista de aquel trabajo de Piratas que ya tiene 15 años. Y dan ganas de cantarla esta semana.

(«Confía en mí / nunca has soñado / poder gritar / y te enfureces / es horrible el miedo incontenible...»)

Empiezan a dar un poco de miedo incontenible las Comisiones de Cultura del Ayuntamiento. Tres horas y pico de reunión para que la liebre salte al final, en medio de los arbustos salvajes como los años de abandono de la antigua cárcel de Cruz de Humilladero. A las puertas de la prisión y de las últimas elecciones locales, dos concejalas contaron que el viejo presidio se iba a convertir en un nuevo centro cultural, previo pago de seis millones de euros por parte de Bruselas. No había proyecto ni plan de inversiones ni plazos ni estrategia ni nada que no fueran las elecciones y una foto y un titular y tirar para adelante. Luego lo bautizaron con un nombre inglés, que siempre viste mucho ('Jailhouse', algo así como 'Casa cárcel' en traducción libre) y colocaron al principio del 'powerpoint' del asunto un fragmento del 'Rock de la cárcel' de Elvis Presley. Por alguna extraña razón en Bruselas no les ha convencido. Así que no hay dinero. Ni proyecto. Como al principio, pero con las elecciones ya pasadas, medio ganadas, y de nuevo en el ajo de mandar.

(«Ella sabe y presiente / que algo ha cambiado / ¿Dónde estás? / No te veo, es mejor / ya lo entiendo / ahora ya no me lamento / no sigo detrás / ¿para qué?»)

Para la antigua cárcel pensaron un espacio dedicado a la formación audiovisual y plástica. Cine y arte. Asuntos que, por lo visto, no están lo bastante bien atendidos en la política cultural de la ciudad. En la vieja prisión pudieron recuperar la memoria de quienes allí perdieron la libertad y la vida durante la Guerra Civil y la dictadura; pudieron idear un espacio didáctico y participativo que contase con rigor aquella barbarie; pudieron preguntar a los vecinos -pero en serio, no de cara a la galería- qué necesitaban en uno de los distritos con menos equipamientos lúdicos y culturales de la ciudad; pudieron estrechar los lazos de la identidad y la memoria, pero eligieron el ruido y el humo. Como en la compra nonata del edificio de Bobby Logan, metida en un cajón año y medio (y unas elecciones) después. Porque los dueños del antiguo Bobby Logan piden tres millones de euros. «Un gasto excesivo». Lo dicen los mismos que hace seis años aflojaron 21 millones de euros por la parcela del Astoria, ejemplo de que la cochambre no va por barrios, también es propia de las zonas más nobles de la ciudad genial de los museos.

(«No te conozco cuando dices / qué felices / qué caras más tristes»)

Porque en la gestión cultural todos los caminos parece llevar a los museos. En enero, en otra Comisión de Cultura, la oposición tumbó la práctica municipal de meter 250.000 euros al Museo Automovilístico comprándole entradas. Ciudadanos también votó en contra de la «financiación encubierta» del proyecto. Pero diez meses son mucho tiempo y este lunes el concejal de Ciudadanos y la concejala de Cultura se ausentaron un ratito de la comisión del ramo para contarle a los periodistas antes que al resto de los concejales que habían llegado a un acuerdo para que el Museo Automovilístico siga otros tres años en Tabacalera. El centro abrirá todos los días de la semana y dará el acceso gratuito los domingos por la tarde (como hacen la inmensa mayoría de los museos de la ciudad). A cambio, el Ayuntamiento pagará a la concesionaria 200.000 euros al año. Aquí un paréntesis. Por ese museo pasaron en 2015 unas 70.000 personas. Pongámonos en el mejor de los casos y supongamos que todos (todos) pagaron la entrada máxima: 7,50 euros. Eso daría una recaudación en taquilla de 525.000 euros; es decir, que la asignación municipal representa casi el 40% de los ingresos más optimistas. Pero en Ciudadanos están convencidos de que eso no es financiar de manera encubierta.

(«Si cada vez que vienes me convences / me abrazas / y me hablas de los dos»)

La nueva partida municipal para el Museo del Automóvil representaría el 38% de los ingresos máximos, el mismo porcentaje de visitantes que paga la entrada en las filiales del Pompidou y del Museo Ruso. Y ese promedio resulta inaceptable para Ciudadanos. Por eso, tres semanas después de hacer posible con sus votos que el Ayuntamiento destine millón de euros extra para el Pompidou y el Museo Ruso y dos días después de engrasar el Museo Automovilístico con 600.000 euros en tres años, los de Ciudadanos se van a las puertas del Cubo de Colores, denuncian la política «triunfalista» del gobierno local con sus museos y anuncian que van a reclamar un recorte global de medio millón de euros en las cuentas municipales para todos estos centros, no sólo los franquiciados. Dicen que hay que buscar el equilibrio, que ya lo están hablando con el alcalde y que el hombre está receptivo.

(«Y yo siento que no voy / que el equilibrio es imposible cuando vienes / y me hablas de nosotros dos. / No te diré que no. / Yo te sigo porque creo que en el fondo hay algo...»).

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