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VIENEN CURVAS

Todo para ya

Ana Barreales

Lunes, 14 de noviembre 2016, 09:39

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Corren tiempos de excesos: de luces, de salidas nocturnas de comidas, de exposición pública de la parte dulce de la vida, de opiniones inmediatas, de irreflexión, de inmediatez y de análisis sobre tonterías. Sólo así se comprende que la supuesta cobra de Chenoa a Bisbal en un concierto se convirtiera en el principal tema de conversación de media España durante todo un puente.

Claro que los de Navidad son asumibles de oficio. Incluso las primeras pruebas de luces de la calle Larios que hemos podido ver este fin de semana. Un torrente de efectos especiales, todo hay que decirlo, digno de una discoteca ochentera. Falta que suene 'She works hard for the money' de fondo. Anda que no sería un punto que Teresa Porras y el resto de la comitiva municipal se marcaran un numerito en la inauguración del alumbrado al ritmo de Donna Summer o del 'She's a maniac' que bailaba Jennifer Beals en 'Flashdance', con calentadores y todo. Es lo que pide el cuerpo ante semejante despliegue lumínico, que no vamos a ver estrellas hasta la próxima década.

Para la rapidez, las nuevas tecnologías han puesto las herramientas y el cerebro o la falta de él ya lo aportamos los usuarios cada día. Lo queremos todo para ya y eso supone decir lo primero que a uno se le viene a la mente. Así, sin procesar. A veces las redes sociales se convierten en una competición para ver quien escribe más rápido algo que solo interesa a los que lo están viendo y ya se están enterando de lo que pasa. El premio a tanta inmediatez es ninguno, pero no importa porque en seguida pasamos al siguiente asunto. Es curioso cuántas veces al cabo del día, por 'falta de tiempo para hacer una llamada', se enreda uno en un interminable intercambio de whatsapp, matizando y explicando detalles que son difíciles por escrito, pero que quedarían perfectamente claros hablando.

No es tan raro que las encuestas que pretenden anticipar el voto se equivoquen con tanta frecuencia. Si cambiamos de opinión a la misma velocidad que reflexionamos, cuando ese sondeo vea la luz ya estaremos en otro momento vital . Donald Trump sostuvo durante meses de campaña mentiras ridículas, como que Obama había nacido en Kenia o que vio en Nueva Jersey a miles de personas bailando en los tejados y en las calles el 11-S mientras se derrumbaba el World Trade Center. Y al día siguiente de ser elegido presidente ya se había moderado. Con esa facilidad que tiene la gente para cambiar de personalidad en unos minutos, apretando un botón.

Decía una neuróloga a una mujer que acudía a su consulta preocupada porque se le olvidaban algunas cosas: «Es que ahora en un día vivimos tantas cosas como en la Edad Media en un mes». Y no sé si lo peor son las prisas o la insoportable levedad de tanta tontería.

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