Sólo negocios
Héctor Barbotta
Jueves, 29 de septiembre 2016, 10:32
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Héctor Barbotta
Jueves, 29 de septiembre 2016, 10:32
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SE podría decir utilizando algún camino indirecto que la relación de Telecinco con la Costa del Sol, y especialmente con Marbella, siempre ha sido de amor-odio, pero sin amor, y que a quienes vivimos por aquí tradicionalmente nos ha dejado un sabor que podríamos llamar agridulce aunque sin eufemismos es profundamente amargo. Sin embargo no nos lo debemos tomar como algo personal, son sólo negocios. Al margen de cualquier ética y del más laxo código deontológico, es verdad, pero sólo negocios. No es que hagan daño por placer, no es que destruyan el prestigio de una marca de la que comen miles de personas por mero afán destructivo; sólo es su manera de forrarse.
En los años del Gordo, Telecinco se ofreció voluntaria para enseñar en 'prime-time' aquella irrepetible imagen del alcalde de Marbella con su oronda figura desparramada en el jacuzzi y rodeada de señoras que no parecían haber presentado currículum con un diploma del Actors Studio para que las pusieran ahí. No es que se pueda echar la culpa a Telecinco del sitio por donde se arrastró la imagen de Marbella durante aquellos días, sino a quienes con su voto sentaron al personaje en el sillón de la Alcaldía. Telecinco sólo estaba ahí para aprovechar la oportunidad y hacer caja.
Después llegaron los días del alcalde y la folclórica, y la cadena siguió mejorando sus cuentas de resultados. Tampoco pueda decirse que fuera su culpa. Igual que cuando retransmitieron en directo la discusión entre Gil y Muñoz sobre quién era más golfo de los dos, un debate sin gran altura que arrojó empate técnico.
Más tarde llegó aquella combinación explosiva de operaciones policiales en las que aparecían algunos personajes de papel cuché. Telecinco inventó un nuevo género televisivo: los sucesos rosa, expresión máxima de la televisión basura en la que se mezclaban los protagonistas habituales de los programas de cotilleo y esos procesos pioneros contra la corrupción. No siempre esos personajes tenían el papel central que la cadena les atribuía, pero tampoco era cuestión de que el rigor periodístico les fastidiara el rating.
El público, sobre todo, demandaba diversión. Si había que pagarle a un delincuente para que se dejara entrevistar, se pagaba.
Ahora, cuando parecía que ya nos habían dejado en paz, anuncian una serie sobre narcotráfico que se llamará 'Costa del Sol'. Un mínimo de rigor invita a concluir que no es precisamente el litoral de la provincia de Málaga donde más se sufre la actuación de los narcos. Pero no se trata de rigor, sino de llenar la caja. Las otras marcas venden menos.
Se ha reaccionado con indignación. Pero no nos lo debemos tomar como algo personal. Son sólo negocios.
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