En-Nesyri y la paciencia

Seguramente hayan oído hablar de En-Nesyri y no lo hayan visto. O puede que sí. No estoy entre los muchos que consideran que el jugador tendría que tener un hueco ya en la primera plantilla esta campaña, pero no porque le falte calidad, talento o proyección. Una de las virtudes de un buen entrenador es saber elegir cuándo se ha de apostar por un joven canterano, más allá de que en ocasiones mande la necesidad, y será Juande el que administre los tiempos. Puede que solo el hecho de que no termine de llegar un cuarto punta (quedan dieciocho días de plazo) obligue a tirar más de él en convocatorias.

Vaya por delante que me gusta En-Nesyri. Tiene hambre de gloria, y eso suma, pero además reúne velocidad, potencia y gol. Su físico no denota su edad hay que creerse la oficial, 19 años, cumplidos además hace poco y su progresión va tan rápida como le permite avanzar en el campo su poderosa zancada. Las pretemporadas se prestan mucho al brillo de los canteranos, pero este caso parece especial.

El Málaga mima a En-Nesyri y le niega hablar en público. Cuanto menos suene su nombre, mejor, aunque el dilema está en si es mejor dejarle seguir en Tercera o arriesgarse a una cesión (Segunda B, preferentemente) en la que pueda arriesgarse a la suplencia. Lo que tiene claro Juande es que necesita jugar. Sea donde sea, incluso en el primer equipo, pero sin forzar situaciones. Recuerdo ahora las palabras de Keko en una estupenda entrevista con mi compañero Antonio Góngora este verano: «Con 16 y 17 años ya estaba subiendo y bajando al primer equipo del Atlético. Debuté en Primera y, mirando atrás, quizás no estaba preparado para dar ese salto ni física ni mentalmente. En ese momento piensas que sí y quieres ir deprisa. Correr mucho. Además, esperan algo más de un chico de 17 años. Las expectativas hay que cumplirlas (...) Fui cedido, y me metí en el mundo profesional después de estar protegido en una cantera. Fue difícil». Ojalá no se repita con En-Nesyri.Paciencia.