El Palo y su fiesta inmortal

En verano las fiestas y verbenas surgen como cocinadas por el calor que nos toca vivir en este tiempo. La feria de El Palo es una de las más singulares porque lejos de ser la típica feria de barrio, goza de unas características que la hacen única y disfruta de una historia que aporta los antecedentes suficientes como para considerarla una fiesta inmortal.

Este año nos habían prometido con poco énfasis que la feria de El Palo, visita obligada para cualquier malagueño de pro, viviría una pequeña renovación. La primera consecuencia es un cartel que no está nada mal y un folleto de actividades cuyo diseño me atrevería a calificar como muy digno. Viene prologado por un tierno saludo firmado por el concejal de la zona, Julio Andrade, y entonces sus páginas comienzan a desgranar con toda la generosidad del mundo un fascinante mundo de actividades míticas que incluyen concursos de repostería, soterraje, petanca o ajedrez, o campeonatos del subastao y de la rana, amén de un potosí de torneos deportivos, carricoches, mercadillos y demás parafernalia feriante. Además lucen casetas de colectivos y peñas también míticas como Los Bolaos o El Palustre, que el próximo domingo presentará, paella popular mediante, el cartel del próximo Concurso de Albañilería, otro de los grandes hitos de nuestra barriada, y que este año cumplirá medio siglo de vida con un estado de salud estable.

Párrafo aparte merece su programación musical en la que, sin extendernos demasiado, sobresalen artistas como la gran Virginia Elósegui o Chandé que viene a presentarnos su disco más personal, 'Yo quiero fiesta'. Nombraríamos 'cabeza de cartel' mora a la orquesta Millenium por esa cosa encantadora y un poco decadente que tienen las orquestas, que dan una giras por España que ya quisieran para sí artistas de más renombre. Recuerdo también aquellos años en los que hubo en El Palo algunos conciertos de gente gloriosa como La Húngara o Camela, quienes por cierto dieron un espectáculo inolvidable hace muchos años en que el estaba yo mismo, para mi propio asombro.

Toda fiesta que se precie merece algún motivo, y el de la feria de El Palo es la Virgen del Carmen y sus procesiones, que tampoco están ausentes de belleza y de autenticidad. A pocos metros de allí, en Pedregalejo los vecinos podrán venerar con un agradecimiento especial a la Virgen porque ha obrado un milagro: su paso ha provocado que arreglen el Arroyo de los Pilones, después unas obras que han estado muchos meses de parón. Málaga es milagrosa porque cuando pasan las vírgenes las calles se arreglan solas y se modifican; la zona Este no podía ser una excepción. Ya que el Ayuntamiento va a apostar por el apasionado proyecto de presentar el centro histórico a la Unesco, podríamos alargar la candidatura hasta los barrios. Ya puestos, podrían nombrar a la feria de El Palo Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.