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GOLPE DE DADOS

Isquemia y abstención

Alfredo Taján

Jueves, 30 de junio 2016, 09:40

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Una isquemia es un paro, o infarto, cardiovascular que puede estar causado por diversos factores, tres, por lo menos. No voy a entrar en describir las causas que ocasionan el maldito coágulo que obstruye la vida, y mata, o parte en dos a la víctima, pero sí quiero dejar constancia de que su visibilidad previa es mínima aunque su aviso, una vez producido, es uno de los más fieles que ofrece nuestro cuerpo ante el fantasma de la muerte. Considero que el 'ictus' genera una rigurosa patología, nunca he visto su derivación hasta un campo enorme, infinito, de posibilidades y probabilidades, médicas, pero también he interpretado esta abrupta embestida en otros ámbitos históricos y sociales, leyendo lo que he leído sobre los resultados electorales. Intento la comparativa en síntomas de parálisis social y colectiva que mucho tienen que ver con los coágulos negros, simientes de la parca. No hay más que leer las continuas decadencias y caídas de naciones e imperios que se creían para la eternidad y duraron poco más de medio siglo. El pasado 26 de junio se celebró la segunda votación de la crisis más grave de nuestra democracia. De nuestra crisis de hoy, que si hubiera sido una de las de antes, de rigodón y abanico, hubiera estado mejor resuelta; la verdad, no soy catastrofista, pero se trata de una situación angustiosa que debe solucionarse, digo yo, por el bien de las almas y de los números. Como todos saben el Partido Popular ha sido el partido más votado y debe formar una mayoría conservadora con ayuda de otras formaciones más o menos cercanas. Tampoco puede uno considerarse más papista que el Papa ni más positivista que Compte o Mills; se trataría de rezar para que la suerte continúe. Por la izquierda también tendría que imperar la cordura y admitir que se trata de posibilitar gobiernos, no de echarlos abajo sin previa negociación, además de llevarse bien los unos con las otras. Por último confesarles que de bisagras no escribo porque en realidad no entiendo de puertas ni de casas, sólo de las que se desplomarán tarde o temprano. Pero el auténtico 'ictus' de estos meses, la hemiplejia, el entumecimiento, se ha manifestado de forma silente y con un negativo valor simbólico, y se trata de la abstención. ¿Saben que ha obtenido diez millones cuatrocientos mil votos?, ¿saben que es el partido, o no partido, más votado? La abstención pone en jaque al sistema democrático, es su carcoma, su principal enemiga, su tumba o mausoleo. Después de años y más años luchando por la frase «un ser humano, un voto» se nos viene encima un alud de cifras que decaen simétricas, sin causa, condición o justificación que no sea una venganza de la idiocia contra la racionalidad "del mejor de los peores sistemas", según Winston Churchill. Y abstenerse es un crimen, después de su patético discurrir entre urnas, lodo y sangre.A los abstencionistas yo los sancionaba duramente y les quitaba el derecho a voto. Por lo menos una temporada. Lo que tarda en desaparecer, si desaparece, el ictus benigno.

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