DEL 'SORPASSO' AL BATACAZO

En menos de veinticuatro horas los españoles hemos vivido a nivel de pueblo un triunfo, tan justo como sorprendente, y una enorme decepción deportiva. Del 'sorpasso' en las urnas hemos pasado al batacazo en la Eurocopa. España abandona París, no confirma su transición futbolística, pero no por eso habrá que rendirse, que es lo que ha hecho Messi con los suyos, cansado de no ganar ni un título con la albiceleste. Hay que saber perder. Pero, en fin, como del partido frente a Italia sabremos por los enviados especiales no es cuestión de detenerse aquí en la búsqueda de razones por la que la selección de Del Bosque ha caído ante un equipo al que desde hace años venía ganando siempre.

Me detengo en detalles a falta de poder glorificar algo o a alguien de este fracaso en Francia. Fue empezar el partido y comenzó a llover a mares como una manera de recordarnos que si se quería pasar la eliminatoria había que mojarse. Enseguida salió el sol y los italianos se lanzaron en tromba sobre nuestra selección, que daba la impresión de no saber dónde estaba. Y lo que no acabo de entender: ¿por qué ese afán de la UEFA de 'juguetear' con las camisetas de los equipos que, por cierto, tienen colores bien diferenciados? Ni España ni Italia pudieron lucir sus colores habituales. Ellos sabrán (los de la UEFA). De Gea se dio prisa en demostrar que los dos goles de Croacia fueron simplemente una mala tarde (de todos); gracias a él se pudo mantener la ilusión hasta el final. Y me acordé de Casillas, pero por otra causa: enfrente estaba, sigue estando, su buen amigo Buffón, con quien se abrazaba en cada encuentro, mientras él, ayer, se consumía angustiado al pie del banquillo. Una serie de detalles que, sencillamente, dicen algo.

Carpetazo, pues, a la temporada. Que la próxima ya está ahí, llamando a la puerta.