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VIENEN CURVAS

Aburre y vencerás

Ana Barreales

Lunes, 30 de mayo 2016, 11:17

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Había un anuncio de Evax muy sutil hace unos años de los que llamo 'por indirectas'. Consiste en que no hablan de nada que no sea qué bello es vivir porque los especialistas en marketing son así estupendos. No como ése en el que Claudia Schiffer bajaba unas escaleras desnudándose y se metía en un coche en ropa interior mientras una voz en off decía: «No sabes lo que Citröen puede hacer por ti», una frase que pasará a la antología de los grandes momentos del machismo. Claro que es mucho más fácil recordar esas frases que algunas fechas históricas. La publicidad de las los salvaslips empezaba con imágenes refrescantes y un sugerente «¿A qué huelen los sueños?», que al final casi dudabas de si habías visto un anuncio o qué. Pues lo que es la asociación de ideas que, últimamente, cada vez que hay un pleno me vienen a la cabeza esas imágenes y ¿A qué huelen las nubes?

El nuevo tiempo en el Ayuntamiento de Málaga ha quedado reducido a reprobaciones, comisiones de investigación y pseudobúsquedas de consenso. De lo primero vamos por la quinta vez, entre las aprobadas contra el alcalde y contra el equipo de gobierno. Y para nada, porque cuando llevas 16 años con el bastón de mando, casi todos con mayoría absoluta, te da la risa floja cuando te reprueban.

En este primer año de legislatura, tras repetidos e interminables debates, hemos conseguido empantanar asuntos como el metro al Civil, el parque en los terrenos de Repsol o el futuro de Limasa, sólo por citar algunos. Así que en su balance el alcalde empezó diciendo que ha sido «muy positivo» y que «nunca ha visto peligrar su gobierno» y terminó hablando de que el agua de Málaga está muy buena y de la red de baldeo, pero sin metáforas ni nada, que él es así de espontáneo en sus comparecencias.

Ciudadanos se apresuró a decir que si no hay corrupción y cumple el acuerdo de investidura puede seguir. Esa es la nota de corte. Mientras tanto, el resto de la oposición sigue ahí, debatiendo asuntos en el pleno y aprobando mociones que muchas veces ni siquiera se ejecutan porque el equipo de gobierno no tiene la obligación y, además, no le apetece. La explicación oficial del alcalde es que quiere convencer a los demás grupos de que su punto de vista es más beneficioso para la ciudad. Y su estrategia es aburre y vencerás. Así que sigue ahí, vendiéndoles su consenso para todo, mientras ellos andan entretenidos maquinando reprobaciones y tumbando mociones que quedan en nada.

En este tiempo no se ha hecho prácticamente nada. Más allá de una app para pagar la zona azul en tiempo exacto que planteó este periódico y alguna cosilla más.

Se buscan nuevos y viejos políticos que se bajen de su pedestal y se lancen, aunque sea al barro, a hacer cosas. O eso o que nos pongan a los ciudadanos el botón de reprobar.

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