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VOLTAJE

¡Qué listas!

Los políticos que han vuelto a superar el casting de sus aparatos hacen lo que mejor se les da, que es posar ante los medios

Txema Martín

Martes, 24 de mayo 2016, 09:51

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Los partidos ya han presentado la segunda edición de sus listas para el Congreso y el Senado después de que ayer terminara el plazo, a la hora ideal para hacer cambios de urgencia sobre tu futuro, las doce de la noche. Aquellos políticos que han vuelto a superar el casting de sus aparatos hacen lo que mejor se les da, que es posar ante los medios aunque en esta nueva convocatoria se advierte en sus miradas cierto halo de resignación, como si en el fondo a ellos tampoco les apeteciera volver a atormentar a los ciudadanos con otras dos semanas de mítines y de promesas que no serán capaces de cumplir.

En Málaga hay pocos cambios pero todos ellos han disfrutado de audiencia y sonoridad por estar motivados por causas desconocidas, falta de ganas, imputaciones sorpresa o 'motivos personales', como es el caso de la número 2 del PSOE, partido que lanza una lista dominada por la insistencia de personas que llevan en política toda la vida. Tampoco difiere mucho en el PP, donde se ha producido uno de los cuatro cambios nacionales de cabeza de lista en uno de los peores movimientos del partido que se recuerdan en Málaga porque ha dejado a todos debilitados. Sobre todo a la candidata, Carolina España, que da la impresión de ser una de las últimas opciones y quien no tuvo reparos en calificar al PP como «la única opción seria», con el atrevimiento que supone vincular algo en lo que esté Celia Villalobos con la seriedad. En el PP se advierte un ramillete de supervivientes de casos de corrupción que trufan sus listas, el ejemplo más nítido de que en España la corrupción no pasa factura en las urnas. Es como en aquella película en la que Woody Allen, al ser advertido por su mujer de que la asistenta le metía la mano en el bolso, respondía haciendo cuentas que eso no debía importarles porque «nos lo podemos permitir».

Por lo demás, temíamos que Ciudadanos iba a hacer algo como lo que ha hecho en un 30% de circunscripciones, donde hay números uno que no repiten por motivos dispares y a menudo explicados con holgazanería. Sigue para nuestro deleite Irene Rivera pero, para aumentar la dosis de morbo, estará acompañada por Guillermo Díaz, su gran enemigo interno, como número dos y pasando de primarias. Una sorpresa previsible nos llega con la lista al Senado de la conjunción podemita, que no ha habido valor de llamar 'Unidas Podemos', con la vuelta a la política del arquitecto y exedil del PSOE en el Ayuntamiento Carlos Hernández Pezzi, muy criticada por parte de la militancia socialista.

Pese a estos cambios motivados por causas de fuerza mayor no podremos utilizar las mismas papeletas, algo que hubiera sido exigible aunque solo fuera para ahorrar en papel alguno de los 160 millones de euros que se calcula que costará este último fracaso político. Disfrutemos del espectáculo. Lo pagamos nosotros.

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