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GUADALQUIVIRIA

El puente y el río

Maria Dolores Tortosa

Martes, 10 de mayo 2016, 09:52

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Nadie será indiferente al acuerdo de Podemos con Izquierda Unida, que sus dos protagonistas, Pablo Iglesias y Alberto Garzón, quisieron escenificar en un lugar simbólico: la Puerta del Sol, el kilómetro cero de España, el espacio en el que hace cinco años nació el 15-M, la movilización de la que ambos políticos nacen como líderes. El simbolismo no es baladí en esta operación de la que quedan muchos flecos por concretar y aún más por cerrar. Iglesias, que votaba a IU, confiesa él mismo, da su mano a Garzón, quien en Izquierda Unida siempre se sintió del 15-M, de los compañeros de la Puerta del Sol.

Al político malagueño, el más popular de los líderes, según el CIS, siempre se le vio como si se hubiera equivocado de puerta al entrar en el hotel de la política y se colara en la habitación de tercera cuando le hubiera gustado estar en la suite principal en la que se convirtió en un solo año Podemos. Hay que decir que le honra su honestidad, no haber abandonado a los de IU pese a los requiebros de Iglesias como sí hizo la famosa Tania Sánchez. «Nunca entraré en Podemos», dijo la ex (de IU), y ya lo hemos comprobado.

Garzón, con su pinta clerical, aguantó la presión y llevó a IU a un mal resultado, pero apechugó y siguió con las siglas a cuestas. Pero su vocación siempre fue la de tender puentes con Podemos. Ya está el puente, ahora solo falta cruzar el río, frase que tanto gustaba pronunciar a José Antonio Griñán. El expresidente andaluz y Diego Valderas sellaron el tercer pacto de izquierdas en un gobierno en España (tripartito catalán, gallego). A aquella coalición PSOE-IU, que impidió al PP de Javier Arenas, ganador de las elecciones en 2012, tomar la Junta, se le llamó «laboratorio de izquierdas» en la Europa del austericidio. Todo se repite. No hace tanto tiempo de ello, pero ahora Iglesias y Garzón se hacen fotos como los pioneros de la unidad de la izquierda.

Aquel otro laboratorio solo duró tres años. La poca química entre Antonio Maíllo, sucesor de Valderas, y Susana Díaz, sucesora de Griñán, contribuyó al divorcio. Pero la mina la puso Podemos y la mecha la encendió Garzón en la famosa asamblea de diciembre de 2014 en la que pidió un referéndum sobre el pacto con los socialistas, lo que dio a Díaz la excusa perfecta para su adelanto electoral. El descalabro de IU el 25M lo achacan en este partido al acuerdo con los socialistas, pero antes de la irrupción de Podemos en las europeas, IU subía como la espuma en las encuestas andaluzas. Con Podemos en el candelero, IU bajó a los bajos fondos, tan bajos que Iglesias llamó a los de esta formación «cenizos» cuando dificultó la confluencia para el 20D. Ahora IU sube en los sondeos y Pablo Iglesias se apresura a subirse al puente de Garzón. Este feliz, el otro, simbólico. PP y PSOE rezan porque se desborde el río. Ya ven cómo llueve. Más va a llover.

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