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LA ROTONDA

Delegación de Salud

Ángel Escalera

Martes, 10 de mayo 2016, 09:52

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La inclusión de Begoña Tundidor como número dos en la lista que el PSOE presentará por Málaga al Congreso de los Diputados la obligará a renunciar a su cargo de delegada provincial de Salud, Igualdad y Políticas Sociales, trabajo que viene desarrollando desde el pasado mes de agosto. La marcha de Tundidor hará que ese puesto quede libre. Sin entrar en dimes y diretes sobre posibles candidatos, no lo tendrá fácil quien sea nombrado para ejercer esa competencia. El panorama de la sanidad pública malagueña, que es azul oscuro casi negro, aconseja que se ponga al frente de la Delegación de Salud a alguien de un perfil acorde a los problemas a los que se enfrentará. Hace falta, ante todo, una persona que conozca en profundidad los entresijos sanitarios malagueños, que tenga peso específico entre los profesionales, lo que le garantizará el respeto de estos, que sepa comunicar bien y se maneje con soltura en las relaciones sociales y en las negociaciones con otras instituciones. Es necesario alguien que, sin ser tremendista o imprudente, no tenga miedo a levantar la voz ante los que dirigen en Sevilla para convencerlos de que la provincia de Málaga no puede continuar a la cuarta pregunta, esperando eternamente la llegada de unas inversiones justas e imprescindibles. Se necesita un político valiente que, además, sea buen gestor y que no se arredre ante las dificultades y que se crezca a la hora de solventar los obstáculos, que sepa parar, templar y mandar. Y que lo haga pensando en el bien de la sanidad de Málaga.

Ese es el perfil, a mi juicio, que debería de tener el nuevo responsable de la Delegación de Salud, que sea hombre o mujer es lo de menos. Lo demás es que esté bien preparado, que conozca el paño y que asuma su cargo con la intención de liderar el despegue que los trabajadores de los hospitales y los centros de salud malagueños reclaman para superar una travesía del desierto más larga que un día sin pan. Ahora bien, una cosa es lo que habría que hacer y otra lo que se hará. Así que lo más probable es que el puesto se cubra atendiendo a otro tipo de criterios. La línea recta es el camino más corto, pero en este tipo de cuestiones partidistas parece que gustan más las curvas y contracurvas. El PSOE que dirige Miguel Ángel Heredia supongo que verá los agujeros, cada vez más grandes, por los que se hunde la sanidad pública de Málaga. No hace falta vista de lince para darse cuenta de que algo falla. Pese a ello, los profesionales, como se hacía eco este periódico la semana pasada, son capaces de salvarle la vida a una niña dos veces en sendas complejas operaciones de corazón en el Hospital Materno o darles una oportunidad a pacientes que precisan un trasplante de órganos con urgencia. ¡Qué buenos vasallos serían si tuviesen buen señor!

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