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VOLTAJE

Málaga entera en Airbnb

Abandonar tu casa porque la has alquilado en Airbnb ya es tendencia

Txema Martín

Viernes, 6 de mayo 2016, 11:23

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Es una situación que se estila cada vez más en nuestros amigos en su lucha diaria por salir del agujero: abandonar tu casa durante un fin de semana porque la has alquilado en Airbnb es oficialmente una tendencia local, una forma rentable de nomadismo. Desde un triste colchón hinchable en una esquina del salón hasta un chaletazo en la costa, la oferta de viviendas para alquiler vacacional es cada vez mayor y más sugerente. En Málaga se supone que hay unas 40.000 viviendas, lo típico: llamas a casa de tu amiga para ver si está y te abre la puerta una muchacha irlandesa y presumiblemente enloquecida. La propietaria ha sucumbido al gancho, a esta nueva forma de sacar 50 euros por noche, por cada vez que seas capaz de pernoctar en la casa de tus padres. Los vecinos están encantados con la posibilidad de que en su rellano circule cada fin de semana una masa felicísima de gente diferente, desde jovencitos que vienen en Ryanair a perder su virginidad con una muñeca hinchable hasta turistas jubilados que prefieren desayunar en casa.

Sobra decir que Airbnb mola. Es una manera de alojarse que favorece la inmersión y el encuentro, permite viajar sin la carga social de sentirte un turista y además suele salir mucho más barato que un hotel. Claro que todo lo que mola debe hacerlo en su justa medida porque si no, cansa. En Barcelona, donde la prevalencia de apartamentos turísticos supone un auténtico drama para los residentes, en esa forma de turismo angustioso que detenta la capital condal, Ada Colau se ha empeñado en 'hackear' políticamente este tipo de webs. El objetivo es simplemente regular y limitar su influencia, que hasta ahora era un suculento y profundo pozo de dinero negro, una anarquía capitalista. En Andalucía nuestros amigos anfitriones tienen dos meses para registrar su vivienda como un lugar de paso y tomar nota de lo que se exige: desde la evidencia de la ropa de cama limpia hasta un botiquín. Si no lo hacen les puede caer una multa de hasta 150.000 euros, lo que te daría para comprarte una casa o tirarte varios años viviendo en un hotel, que por otra parte no sabes si es una idea que te gusta o que te espanta. El caso es que, en España, el año pasado 2,5 millones de visitantes prefirieron quedarse en casa de nuestros amigos, en Málaga lo hace el 73% de los que vienen y seguro que la cifra irá en aumento, tal y como va todo lo relacionado con el turismo, menos nuestra tranquilidad. Hasta los de Hacienda, en su empeño vital de atrapar a los pequeños mientras deja pasar a los grandes, se han abierto varias cuentas en estas plataformas para tomar nota de los pisos que se alquilan y de paso encontrar alguna ganga. La convivencia de ambos modelos, el hotelero de toda la vida y el del colchón hinchable, es la actual panacea de nuestra oferta turística, que oscila entre la muñeca hinchable a la habitación con vistas.

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