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LA NUBE DOBLE

LAS VOCES PERDIDAS

Juan Francisco Gutiérrez

Lunes, 2 de mayo 2016, 10:43

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Celebra la Unesco cada 3 de mayo el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Se aprovecha la fecha para evaluar la situación de los medios de comunicación, para reflexionar sobre su práctica profesional, sus retos digitales actuales y, en particular, para denunciar sus amenazas de diverso carácter. Una celebración anudada a la reclamación, necesaria y constante, de un derecho esencial, inseparable desde hace siglos a las sociedades libres contemporáneas. O a las que aspiran a serlo.

No es lo mismo el periodismo de datos que los datos sobre el periodismo. Los últimos por lo habitual son negativos, asociados o no a la crisis económica reciente. Cuentan despidos, cierres, aumento de presiones (políticas, ideológicas, empresariales y de otra índole): un compendio que, a la postre, pone en riesgo la independencia de los medios y de sus audiencias.

El Observatorio Iberoamericano de la Libertad de Prensa ha presentado cifras escalofriantes sobre los asesinados o desaparecidos en América Latina. Ojo al dato: entre 2010 y 2015 fueron 206 los periodistas caídos o perdidos en o por el desempeño de su servicio, con México, Honduras y Brasil encabezando la lista negra. Un balance que el director de la Cátedra Unesco de la UMA Bernardo Díaz Nosty recoge en el libro 'Periodismo muerto'.

En las sociedades 'más avanzadas' los riesgos son menos mortales y toman formas sutiles, como mucho de metafóricas sangrías laborales. Pero, ah, el diablo está en los detalles. Me perdonarán la comparación, pero esta semana ha desaparecido de las ondas la voz de Ángeles Afuera, documentalista de oro de la Cadena SER. Vale, será una prejubilación, un adiós pactado, ley de vida laboral y no balasera. Pero como oyente me preocupa saber si alguien hará su gran trabajo ahora, o por cuánto, o de qué manera. Ella bordaba crónicas breves hilvanando archivos sonoros incunables de forma deliciosa y rotunda. Con voces y sonidos del pasado que mimaba y ordenaba con esmero. Y que aportaban vida y calidad al trabajo periodístico del presente. También la echaremos de menos.

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