Fiesta en el jardín

Despertarse cada día con un nuevo escándalo de corrupción no es bueno para nadie. Pero que te levanten a ti y a toda tu familia a las siete de la mañana mediante una patada en la puerta perpetrada por un pequeño ejército de policías con metralleta es, sin duda, aún peor. Esto le ha ocurrido al que durante 13 años ha sido el honorable alcalde de nuestra vecina Granada, el exseñor José Torres Hurtado. Ahora toca referirnos a él como un 'chabacano tractorista', y recordar sus también honorables salidas de tono, como cuando dijo aquello de que las mujeres le resultaban más elegantes cuanta menos ropa llevaban. También le llaman ahora 'el alcalde del botellón'. Lo que sospechamos es que a Torres Hurtado, con esos apellidos de dulce navideño, se le ha ido la fiesta de la manos. Ha sido detenido, al parecer, por autorizar la construcción de una discoteca en una zona verde, cosa que por otra parte no parece tan grave a 100 kilómetros de distancia si tenemos en cuenta que aquí debatimos felizmente si permitir la construcción de una especie de lupanar en terrenos portuarios.

Montar una fiesta en un jardín ha llevado a nuestro vecino alcalde a ser señalado por una retahíla de supuestos delitos que nos invitan a tomar aire, a saber: cohecho, fraude en la contratación, asociación ilícita, prevaricación, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, estafa, falsedad en documento mercantil, administración desleal y un delito extra contra la ordenación del territorio. Todo por una 'rave'. Las reacciones malaguitas, claro, no se han hecho esperar. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, convertido en un ufano comentarista de una vida política en la que ya no pinta nada, ha afirmado que «estas cosas impresionan», posicionándose como el único individuo que no está curado de espanto. La socialista María Gámez ha ido un pasito más allá y ha escrito un tuit en el que insinúa que la próxima en caer será nuestra ciudad, aludiendo además a las dos festivas comisiones de investigación que se están desarrollando en el Ayuntamiento. Ciudadanos no descarta mantener al PP en el Ayuntamiento granadino y Podemos se echa las manos a la cabeza.

El alcalde de Granada también ha reaccionado: dice que no sabe bien de qué se le acusa. También hay que operar con mimo con esta cuestión. Recordemos al exalcalde de Estepona, Antonio Barrientos, con quien se ha cometido una flagrante injusticia al haber sido tachado de corrupto sin juicio ni posibilidad de defensa, y así diez años, hasta hoy. Son ya tres mil almas imputadas por corrupción. Una de dos: o en España somos un hatajo de sinvergüenzas o las fuerzas del orden están llamadas a hacer estas soberanas demostraciones de poder. Esto es, más o menos, como cuando viene la policía a cortarnos la fiesta. Qué quieren que les diga, tampoco hacíamos tanto ruido.