Buena imagen de un Málaga sin remate

Miro el banquillo del Villarreal y veo a varios jugadores que serían titulares en el Málaga. Con eso está dicho todo. El equipo amarillo es mejor que el blanquiazul a día de hoy. No obstante, los discípulos de Gracia (ayer con la elástica que recuerda el estreno de La Rosaleda) dieron la talla en el feudo de un equipo que ocupa puesto de Liga de Campeones. No se descompusieron los visitantes con el gol local, fruto de las mil y una acometidas de una infantería incansable desde que el árbitro dio el pitido inicial.

El Málaga tuteó a las huestes de Marcelino, al que no se vio cómodo en la banda por el buen juego de sus adversarios. La segunda mitad fue del equipo ayer blanco, pero la diferencia entre ambos conjuntos estuvo en el remate. Mientras que Soldado acertó en su segundo tiro entre los tres palos (en un lance en el que Kameni pudo haber hecho más porque el balón fue al centro de la portería), los hombres de ataque del Málaga no inquietaron apenas al portero Areola. Charles remató solo una vez, y fuera del marco rival, mientras que Cop tiró dos veces a portería, con un primer disparo ingenuo y un error que no debe cometerse. El croata fue ayer un lastre para su equipo. Se vacía en todos los partidos, pero en Primera no basta con eso, hay que ser más resolutivo ante el arco adversario. Tampoco me gustó Tissone, que reapareció tras varios partidos sin hacerlo, por lo que acusó la falta de ritmo. Otro lastre del Málaga fue el de las jugadas a balón parado. El especialista del equipo blanquiazul es Duda, que ensombreció su buen hacer en el centro del campo con dos lanzamientos postreros de falta a las manos del portero cuando más necesitaba su equipo intimidar al adversario. El luso es reincidente en este tipo de errores.