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SINÉCDOQUE

MICROCUENTOS

SORA SANS

Jueves, 11 de febrero 2016, 10:00

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La vida es un microcuento tras otro. Microescenas y microdiálogos que se entrelazan como los patrones del papel pintado y van cubriendo nuestros días, semanas y años. Hay microvillanos y microcrisis, pequeños clímax, microalegrías, micrologros. La gran trama, la 'big picture' es algo que no podremos conocer hasta que los hilos se entrelacen tanto como las arrugas de un verdadero rostro octogenario. Mientras tanto, vivimos las pequeñas historias que, al estar tan presentes, parecen muy grandes, y sin duda, pueden serlo. De pequeñas historias se alimenta y nos nutre en Twitter @MicrocuentoES. En menos de 140 espacios diminutos que llamamos caracteres, cuentan una historia tras otra, geniales y divertidas, románticas e irónicas, llenas de juegos de palabras como este de @cg_poetweets: «Pensó que entre ellos todo se podría y efectivamente, todo se pudrió». Pensamientos, reflexiones y ocurrencias de internautas y para internautas, reflejadas en forma de publicaciones tipo suspiro, que duran lo que el 'time line' permita. La nueva literatura efímera llevada a la mínima potencia con el mayor potencial para compartir. «Siempre hubo tres versiones de la misma historia: la tuya, la mía y la verdad», nos cuenta @laurywinslow y nos deja con una reflexión casi metafísica mediante un puñado de palabras lanzadas al universo de Internet, sin esperar respuesta pero consiguiendo decenas de retweets y favoritos. Porque las historias nunca serán historia, y la literatura siempre encuentra fórmulas para renacer sin importar el formato. Hay veces en las que ni siquiera es necesario utilizar todo el espacio de un minúsculo tweet para contar una historia completa, como en este microcuento de @Lucia_galan93: «Tenía el truco para olvidarlo, pero se quedó sin balas». El ingenio firmado por pseudónimos y avatares de todo el país, recopilados por la incansable mirada de Microcuento que cada día nos trae pequeñas historias ficticias que parecen hablar sobre nuestras microrrealidades. Está claro que un microcuento no es una novela, un relato, un artículo, un post o un poema. no es como un árbol centenario, sino más bien como los tréboles que crecen en el borde de las aceras y nos recuerdan que la literatura es de una supervivencia imparable.

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