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LA TRIBUNA

¿Existe riesgo en España por el virus zika?

Creo que podemos estar tranquilos y confiar en nuestros servicios de Sanidad Exterior que realizan una labor impagable, no siempre bien reconocida

JOAQUÍN FERNÁNDEZ-CREHUET NAVAJAS. CATEDRÁTICO DE MEDICINA PREVENTIVA UNIVERSIDAD DE MÁLAGA

Lunes, 8 de febrero 2016, 09:48

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Tras las críticas de las que fue objeto por su gestión en la epidemia del virus ébola, la OMS, de forma prudente ha decidido, en esta ocasión, declarar la infección por el virus zika como una 'emergencia sanitaria'. Esto ha originado una lógica alarma mediática entre la población española que tiene miedo de que estemos ante una nueva pandemia que puede llegar a España con consecuencias imprevisibles.

Por ello estimo oportuno tratar de aclarar a la opinión pública lo que a mi juicio representa -en este momento- la citada 'emergencia sanitaria'.

Hasta 2007 la enfermedad por virus zika solo había sido descrita en forma de casos esporádicos en algunos países de África y Asia. Sin embargo, en la última década se ha expandido a nuevos territorios dando lugar a brotes epidémicos en varias islas del Pacífico. Durante el 2015 se ha detectado transmisión autóctona del virus en varios países de América Latina, especialmente en Brasil. La amenaza de una nueva pandemia existe aunque su repercusión sanitaria no es absoluto comparable con el virus ébola.

El virus zika, es un Flavivirus, transmitido por mosquitos del género Aedes, que produce por lo general una enfermedad leve, aunque se han descrito anomalías congénitas asociadas a estas infecciones cuando ocurre en embarazada. La enfermedad de forma habitual, presenta una sintomatología leve que puede pasar desapercibida o diagnosticarse erróneamente como una enfermedad viral. Los síntomas principales son la fiebre y una erupción exantemática acompañada de cansancio y dolor de cabeza. La duración de la sintomatología oscila entre 2 y 7 días, aunque se estima que uno de cada cuatro infectados no dan síntomas.

El problema más grave puede ocurrir, como ha quedado señalado, en las infecciones en embarazadas en las que se ha detectado una asociación epidemiológica entre infección y aparición de malformaciones y alteraciones neurológicas en recién nacidos. Recientemente se han notificado casos de microcefalia en Brasil a lo largo del año 2015 donde han se han registrado 3.530 casos de microcefalia, estando actualmente en estudio su relación causal, aunque todavía esta relación causal es discutida por algunos. En este sentido, el virus zika, se comporta de forma muy parecida a la infección por el virus de la Rubeola, cuando antes de existir la vacunación, originaba una enfermedad banal pero que tenía una trascendencia notable ante la posibilidad de afectar a mujeres embarazadas y originar malformaciones fetales consecutivas a dicha infección. Actualmente con la vacuna sistemática en la infancia, este problema ha quedado resuelto.

La probabilidad de que exista transmisión del virus zika en España va a depender de tres factores fundamentalmente: De la presencia del mosquito vector, de la introducción del virus por un viajero infectado procedente de áreas endémicas y de la coincidencia en el espacio y en el tiempo de un caso importado con virus en su sangre con el mosquito especifico.

Sobre la presencia del mosquito vector, los estudios demuestran que en España existen mosquitos capaces de transmitir el virus zika, se han descrito presencia del Aedes, en al menos 14 provincias de 7 comunidades autónomas: Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares, Andalucía, País Vasco y Aragón. Sobre la posible introducción del virus en territorio español, también es factible ya que según datos oficiales en 2014, la población española realizó 764.018 viajes a América Latina y en el mismo año visitaron nuestro país un total de 1.699.965 ciudadanos de aquella misma zona. Alrededor de 450.000 procedían de Brasil, 323.741 de Méjico y 158.567 de Venezuela, algunos de los países ya tenían casos reconocidos con transmisión autóctona del virus. A pesar de todo lo anterior, lo que resulta más difícil es que exista una coincidencia témporo-espacial entre el paciente infectado en fase aguda con virus en su sangre y la picadura del mosquito.

Mi opinión -al menos de momento- es que la alarma mediática de una posible epidemia en España, no tiene muchas posibilidades de ocurrir y que por tanto podemos estar tranquilos y confiados en el control sanitario de la enfermedad. Para justificar esa argumentación basta con comparar el problema que estudiamos con la enfermedad por virus Chikungunya, otra infección, también transmitida por el mismo mosquito, pero con una sintomatología mucho más grave y con una implantación mayor en una amplia zona centroamericana. La información epidemiológica actual nos confirma que dicha enfermedad no ha producido ni un solo caso autóctono en España. Según datos oficiales del Ministerio de sanidad se declararon en el año 2014 y 2015 alrededor de 200 casos por año, todos ellos importados.

El Ministerio de Sanidad ha elaborado un Plan Nacional de Prevención y Respuesta ante Enfermedades Transmitidas por Vectores, que contempla medidas de prevención y control frente a enfermedades transmitidas por mosquitos del género Aedes, aplicables y efectivas contra este tipo de virus. Por tanto creo que podemos estar tranquilos y confiar en nuestros servicios de Sanidad Exterior que realizan una labor impagable, no siempre bien reconocida.

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