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LA TRIBUNA

La Medicina del futuro a debate

CÉSAR RAMÍREZ, CIRUJANO

Domingo, 20 de diciembre 2015, 12:47

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Las Nuevas Tecnologías (NNTT) son como un velocista jamaicano que amenaza con adelantar en el tiempo a las propias ciencias que buscan su apoyo en ella. No se puede entender el desarrollo de la Medicina en el siglo XXI sin su asociación a la informática, a la programación digital y a una implantación cada vez más colaborativa de todas las tecnologías de la información y comunicación, las llamadas TICs. No querer posicionarse del lado de esta línea que demarcan los nuevos tiempos supondrá para todos los profesionales de la sanidad en los próximos tiempos quedar en fuera de juego y correr el riesgo de que, el árbitro (en forma de la competencia local, nacional e internacional) nos saque del partido y, con ello, los colores.

Hace un mes se ha celebrado en la Universidad de Málaga el «I Workshop sobre los Desafíos de la Medicina en la Era Digital», que con gran esfuerzo y dedicación ha organizado el Dr. Rafael Ruiz Cruces, profesor titular de Radiología y Vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga, y en el que tuve el honor de ser el único cirujano invitado. Temas como Nanotecnología, Telemedicina, Robótica y ... han sido tratados de forma extensa y el futuro de la Medicina puede parecer por momentos que va ligado a una objetivización creciente del paciente como un conjunto de síntomas que confluyen en un padecimiento que puede ser tratado por un programa informático avanzado. Uno de los conferenciantes invitados, responsable de programación informática de alto nivel en la sanidad pública malagueña y convencido del papel dominante de las NNTT en la Medicina, comentaba que en caso de que él precisará una cirugía su elección se determinaría por ser operado por un robot de alta precisión por un profesional cualificado en cirugía robótica, sin importarle que lo manejase a 500 km de distancia y ni siquiera lo hubiera saludado físicamente. La cirugía robótica en la actualidad viene definida por el famoso robot Da Vinci que desde finales de la década pasada, está implantado y se viene usando en dos hospitales del SAS (Málaga y Sevilla) y existe un tercero para cirugía experimental en Granada. Son sistemas de alta precisión en las que el cirujano sentado desde una consola dirige un sistema de brazos articulados que ejecutan los movimientos al milímetro y, teóricamente, evitan o previenen un potencial componente humano de error que pudiera producirse en los ejercicios finos de disección y sutura.

El Dr Carlos Pellegrini, que fue presidente del Colegio Americano de Cirujanos, pronunció hace pocos años en su nombramiento como miembro de honor de la Asociación Española de Cirujanos un magnífico discurso sobre el futuro de la cirugía en el que definió como «fenómeno de río de aguas turbulentas» a los cambios continuos que las NNTT proponían en la cirugía y la responsabilidad que teníamos los profesionales de ir siguiendo las corrientes acuáticas de cambio o no y cuando abandonarlas si veíamos que su utilidad y repercusión no eran determinantes para la práctica clínica. La adopción de las NNTT en la práctica médica no puede ser algo impuesto por el desarrollo industrial ni por una voluntad política o de un «lobby» concreto, sino que debe seguir en su implantación los principios mas estrictos de la Medicina Basada en la Evidencia (MBE); ello quiere decir que sólo aquello que demuestre que es mejor en estudios de alta calidad científica y con comités de ética que lo supervisan deberá considerarse para su adopción en la práctica clínica. Además, en el tiempo que vivimos en el que la gestión clínica y el control del gasto dominan la escena sanitaria, las NNTT deberán demostrar también que son coste-efectivas o que tienen un coste-oportunidad adecuado; es decir, que el dinero que se dedica a ellas y se está quitando de otros sitios no se está pudiendo invertir mejor. Por ejemplo, en mi especialidad (la Cirugía General y Digestiva) la cirugía robótica no ha demostrado ningún beneficio en ningún trabajo científico serio publicado hasta la actualidad; es mas, en un sonrojante artículo de una revista quirúrgica de alto impacto se demostró recientemente que en el 80% de los trabajos publicados hasta el momento que hablaban de supuestos beneficios de la cirugía robótica en el cáncer de recto (la parte final del aparato digestivo, único terreno en el que se postula que pueda ser útil) o bien los resultados habían sido manipulados desde la estadística o existían conflictos de interés con la industria farmacéutica que no habían sido comunicados; concluían los autores que hasta el momento su utilidad no ha podido ser demostrada en modo alguno desde la perspectiva de la MBE. Los costes derivados del uso de esta alternativa terapéutica (por poner un ejemplo) en cualquier sistema de salud deberían estar plenamente justificados y los resultados expuestos a la luz pública y a la comunidad científica de forma transparente. Si la utilidad no existe o no se demuestra debería, por contra, aplicarse el moderno concepto de gestión de «desinversión», que implica eliminar o deshacerse de toda nueva tecnología que no cumple las expectativas de coste-efectividad en orden de aprovechar esos recursos para otras necesidades (por ejemplo, una mayor y de más calidad contratación del personal sanitario). Estamos aún a la espera, tras casi 10 años, de que los resultados del impacto del robot DaVinci en los indicadores de salud y calidad de nuestra comunidad autónoma salgan a la luz y nos justifiquen si la millonarios inversión era realmente necesaria y merece la pena seguir gastando cientos de miles de euros al año en mantenerla.

Finalmente, el punto más importante en mi opinión a la hora de considerar las NNTT en Medicina es que deben ser siempre un apoyo secundario de una profesión que es primero puramente vocacional y de asistencia a seres humanos. A los pacientes y a sus familiares deben atenderlos los médicos en presencia directa y con la consideración humanista como dogma de actuación; dado que las practicas clínicas y quirúrgicas no son actuaciones de bucle cerrado sino que implican el movimiento con márgenes de incertidumbre y toma de decisiones, estas deben ser llevadas a cabo por profesionales con excelencia. Además, cuando aparecen complicaciones y problemas derivados de intervenciones son los responsables directos los que deben estar a pie de cama (y no a 500 km, cuando el robot ya no sirve), dando la cara, potenciando la confianza en la relación médico paciente, arropando al paciente y a la familia y poniendo las medidas que lo devuelvan al camino de la curación. Así ha sido siempre la Medicina y eso es algo que, en mi opinión, ni debe ni va a cambiar. Las NNTT son el presente y el futuro de la Medicina, pero siempre desde el dominio indiscutible del humanismo como valor primario y la justificación científica rigurosa y economíca limpia de su indicación y empleo.

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