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EL MIRADOR

¡Es el periodismo, estúpidos!

Esto de ahora es sencillamente lo mismo de siempre pero a calzón quitado: marketing electoral

Teodoro León Gross

Martes, 1 de diciembre 2015, 12:17

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Estos días Rajoy va con sus collejas del carrusel de la Champions a casa de Bertín, donde ya tuvo su escena de sofá Snchz, que arrancó en 'Sálvame', y Pablo Iglesias viene de tocarle algo a María Teresa Campos -una nana roja, claro- después de ser tratado como un insecto en 'El Hormiguero', donde la vicesoraya se pegó un 'iceta' menos natural que el mayordomo de los Ferrero Rocher, y de ahí al globo aerostático con Calleja, quien hizo dar tres vueltas de campana a Rivera... Todo esto ha generado una perplejidad escandalizada, como si la casta se hubiese quitado la máscara de la respetabilidad para vender su alma al diablo del espectáculo. ¿De verdad son más respetables cuando imponen entrevistas con preguntas pregrabadas?

Rasgarse las vestiduras como si los candidatos se prostituyeran abandonando los foros honorables es doblemente absurdo. Por de pronto, el maniqueísmo 'periódico bueno/televisión mala' es irreal. Hay quien confunde Telebasura con Basura de TV, pero Ana Pastor, Pepa Bueno, Risto, Wyoming o Pablo Motos hacen cosas brillantes; y a cambio, hay periódicos que defecan portadas. Por demás, esto es sencillo: los candidatos pueden exhibirse donde quieran, y los ciudadanos votarles o no votarles, como quieran».

También Calleja, Bertín, Mariterecampos, AR, pueden ser opciones estupendas para hacer campaña. En definitiva allí van a venderse. Desde 'The selling of the president' -el libro de McGuinnis sobre la campaña de Nixon de 1968- ha ido desdibujándose el pudor a asumir esto. Tanto Rajoy como Sánchez han confesado ser sumisos a sus jefes de campaña. Y además sus programas electorales suelen ser más falsos que el maquillaje en plató. Esto de ahora es sencillamente lo mismo de siempre pero a calzón quitado: marketing. «Nihil novum sub sole», que rezaba el Eclesiastés. Los candidatos en USA llevan décadas yendo a los shows de TV, y aquí, claro, en una situación de triple empate se han puesto las pilas para buscar votos en caladeros refractarios a la política: marujas, futboleros, yogurines. si hiciera falta, hasta el infierno.

Eso sí, se está incurriendo aquí en una tentación peligrosa: confundir todo esto con 'periodismo'. Risto, Motos o Calleja pueden hacer buenos programas, pero no es lo mismo. El viejo director de 'Le Monde', Jean Marie Colombani, solía lamentarse de que «casi todos los males del periodismo» proceden de confundir éste con cualquier show. Hay que distinguir periodismo y espectáculo. Los candidatos en USA van a 'Saturday Night Live' o lo de Jay Leno, pero además van a entrevistas duras sin pastelear y a un puñado de debates sin red. Ese es el quid: van al show, pero no sólo al show. El problema de algunos candidatos españoles no es pasar por TV; pero sí escaquearse cobardemente de los debates, vetar medios o exigir entrevistadores dóciles. Al ciudadano al menos le queda el ¡no con mi voto!

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