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EL ALFÉIZAR

Mujeres

Rafael J. Pérez

Martes, 24 de noviembre 2015, 12:59

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Sorprende que el maltrato esté presente en noviazgos de adolescentes y jóvenes. Desgraciadamente en cifras altísimas. El 95,3% de las chicas y el 92,8% de los chicos admiten haber ejercido violencia psicológica sobre su pareja. Nueve de cada 10. Una barbaridad. Lo que las cifras no dicen preocupa todavía más: el tipo de insultos que utilizan, las humillaciones, el control del móvil o el malestar están presentes en su día a día. Paradójicamente ambos sexos se comportan igual. Apenas hay diferencia. Bueno, una sí. Y además preocupante: ellas suelen minimizar este tipo de conductas impropias de quien ama y respeta. Los datos son escalofriantes. Porque además el 6,4% de las mujeres residentes en España de 16 años o más afirman que alguna de las parejas que han tenido les ha obligado a mantener relaciones sexuales. El 6,1 de las mujeres dicen haber mantenido relaciones por miedo. ¿Desea el lector más datos? El 15,5% de las mujeres que viven en España afirman haber sufrido violencia de alguna pareja o expareja. El 25,4% han sufrido violencia psicológica de control, el 21,9% emocional y el 10,8% económica. ¿Más? 198 mujeres han sido asesinadas en España desde 2012 por hombres con los que mantenían o habían mantenido una relación. Hay cinco casos en investigación, así que la barrera de los 200 asesinatos podría haberse superado. En lo que va de año se ha superado la barrera de los treinta asesinatos a mujeres. ¿Qué ocurre para que esta lacra esté instalada en nuestra sociedad? Además de la condena unánime, el lanzamiento de campañas que busquen paralizar la violencia contra la mujer o alzamiento de la voz de todas las instituciones también religiosas: cristianas, hebreas o musulmanas es necesario educar a nuestros jóvenes y niños en la valoración de la dignidad humana. Falta respeto a la dignidad humana. Todos somos iguales. Es inaceptable que haya mujeres que sufran. Como tampoco es de recibo que haya hombres que lo pasen mal porque haya quien amparándose en la ley pretenda hacer daño al varón. Urge educar emocionalmente. En el respeto y la autenticidad. Es el mejor camino aunque sus frutos se vean a largo plazo, aunque la educación, desgraciadamente, no se encuentre entre las principales preocupaciones de los españoles. Cualquier tipo de violencia es reprobable y detestable, pero cuando es contra la mujer muestra una sociedad especialmente enferma que arremete contra su propia raíz y fundamento: la dignidad inherente a todo ser humano.

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