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Mis notas

El equipo malagueño perdió su condición de invicto en la Euroliga en la cancha del Brose Baskets

José Miguel Aguilar

Sábado, 21 de noviembre 2015, 13:10

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1-Ridículo. Hay formas de jugar, hay formas de caer derrotado y hay formas de perder la imbatibilidad. El Unicaja eligió la canción más triste posible para matar el tiempo en las ocho horas de autobús que le llevará por media Europa en esta semana de llanto infinito. Vaya forma de jugar, vaya forma de perder y vaya forma de hacer el ridículo en Europa. ¿Esa es la imagen que quiere ofrecer el Unicaja para reivindicar que es un equipo de Euroliga? ¿Permanecer invicto cinco jornadas merece la afrenta del encuentro de ayer? ¿No será que tanto pensar en el incierto futuro se ha olvidado del decisivo presente? ¿Habrá provocado Plaza la pérdida de concentración de su equipo por sus declaraciones fuera de tono? ¿O buscaba provocar algo?

2-Segundo cuarto. Tras un comienzo esperanzador, llegó lo peor, la pérdida de control tanto en defensa como en ataque. A estas alturas no parece de recibo encajar un parcial de 22-7 con el que se cerró el segundo cuarto y el partido.

3-Desaparecido. No fue flor de un día porque el aroma que desprende el talento de Kuzminskas duró media primavera en el otoño malagueño. Pero el lituano lleva una mala racha, no sabemos si producto del scouting del rival que lo anula o propio del bajón normal de un internacional que ha competido a gran nivel en verano.

4-Anotación. Habrá que anotar con letras de barro la baja anotación del Unicaja en tierras germanas. Fue un partido tan calamitoso que recordó al de humillaciones anteriores, como el de Badalona, por ejemplo. Por cierto, aquella temporada el equipo malagueño terminó disputando la Final Four

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