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SUITE JÚNIOR

HORAS DE SILENCIO

Txema Martín

Martes, 17 de noviembre 2015, 11:12

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Las muestras oficiales de luto y de solidaridad son siempre un tema delicado que tiene en la práctica del minuto de silencio la escenificación ideal de la solidaridad. Han sido probablemente centenares las actividades y los espectáculos culturales que se han suspendido por la masacre terrorista de París. Por ejemplo, el Festival de Sevilla de Cine Europeo decidió a última hora de la mañana del sábado suspender su gala de clausura, una elección respetable pero que es también discutible. Algunos estaban de acuerdo, pero para otros fue una decisión equivocada, y lamentaron la oportunidad perdida de denunciar el terrorismo desde el cine, ya que ni siquiera se proyectó la película ganadora en el certamen tal y como estaba previsto.

Del mismo modo, se han anulado muchos conciertos en toda Europa. Además de la banda tristemente implicada en el cruel tiroteo, Eagles of Death Metal, otros músicos han decidido anular sus actuaciones. Es el caso de U2, que actuaba el mismo día de los atentados, o Motörhead, cuyo show estaba previsto en la sala de la masacre. También se han cancelado giras completas, como la de Prince o Foo Fighters, pero ha sido Madonna quien ha marcado la diferencia. La cantante siguió adelante con su actuación en Estocolmo del sábado y su representante ha compartido un vídeo sobrecogedor en el que explica sus motivos. Devastada, Madonna se pregunta ante casi 40.000 asistentes: «¿Qué hago aquí bailando y pasándomelo bien cuando hay gente llorando por la pérdida de sus seres queridos? (.) Eso es exactamente lo que esta gente quiere hacer. Quieren callarnos, quieren silenciarnos, y no les dejaremos. Iba a cancelar este concierto pero luego pensé ¿por qué tengo que permitírselo? ¿Permitirles que nos impidan a todos disfrutar de la libertad? Todos los sitios donde la gente murió eran lugares donde estaban pasándoselo bien, cenando en restaurantes, bailando, cantando, viendo un partido. No hay nadie en el mundo que deba tener derecho a impedirnos hacer lo que nos encanta». Y yo, qué quieren que les diga, no puedo estar más de acuerdo.

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