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LA NUBE DOBLE

EL 'AFFAIRE'

Juan Francisco Gutiérrez

Lunes, 9 de noviembre 2015, 12:34

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Sin una trama demasiado paranormal, sin fichajes de estrellas al estilo de Lady Gaga, y con la rara apuesta de no mostrar ni a un zombi, la serie estadounidense 'The affair' se ha convertido en una agradable joya televisiva. Magnética desde sus inquietantes títulos de crédito, ahora Movistar Series, de manera paralela a su pase en EE.UU., emite su segunda temporada, casi tan buena o mejor que la primera.

Por si no participan de ese nuevo 'must', algo agobiante, de estar al día de todo el universo de series del momento (el Festival de Series recalará en Málaga a final de mes, apúntenlo), les resumo la trama: escritor casado y con cuatro hijos conoce a camarera en su lugar de vacaciones familiar, y entre ellos estalla una pasión que devasta las pantallas, arrasa los dormitorios y, de paso, sus matrimonios respectivos.

Nada original, ya ven: chico y chica, ya maduritos, se entregan al citado 'affaire', mientras chico y chica engañados (o sea, los cónyuges de los adúlteros) lo pasan fatal. Lo propio, vaya, para que de ahí brotase un culebrón malo, pero no. Acaso sale una serie un poco pija, vale, pero 'The affair' lo borda al mostrarnos los desfiladeros abiertos a la desolación íntima, las inseguridades y la eterna cuestión de cómo diantres gestionar el trasiego sentimental.

Su éxito radica en el modo inteligente y original de escarbar en los recovecos de los implicados. El guion desmenuza el follón emocional por tramos, cada uno desde el punto de vista de un protagonista. Unos ratos, desde la perspectiva masculina del adúltero Noah y su niñaterío volátil; otros pasajes, con la visión entre inocente y oscura de Alison, siempre asomada a los abismos, un papelazo por el que Ruth Wilson logró el Globo de Oro, premio que también obtuvo la primera temporada. En la segunda tanda de capítulos la narración abre el foco y suma a los dos damnificados 'ex' como motores de la acción, con una Maura Tierney descomunal. Así que si tienen tiempo y quieren desconectar de verdad de tanto fantasmeo real, no duden en caer en esta tórrida aventura.

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