Borrar

Mis notas

José Miguel Aguilar

Lunes, 26 de octubre 2015, 08:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Decepción. Jarro de agua fría para una afición malagueña que abandonó el Palacio en silencio mascullando una derrota inesperada frente a un rival directo que empina el camino hacia el trono de alternativa a los grandes. El Laboral Kutxa, tras dos temporadas grises, ha vuelto, y lo ha demostrado en el lugar ideal.

Sin líder. Kuzminskas recibió una atronadora ovación cuando fue presentado como premio a su excelente comienzo de temporada. Las palmas sonaban tan fuerte como cuando entra en acción Plaza. Pero el lituano no fue esta vez el héroe que necesitaba su equipo, y eso que sus números no fueron malos.

Irregular De menos a más, el Unicaja cuajó quince minutos extraordinarios, hasta el punto de lograr una ventaja de 13 puntos en otros tantos minutos, pero se fue diluyendo conforme la impotencia se expandía entre los jugadores por su nefasto día en el tiro. Dominó mientras conservó un porcentaje aceptable en el triple, pero solo seis puntos en los primeros siete minutos del último cuarto le costaron la victoria.

Sin concentración. Dos estadísticas condenaron al Unicaja: las 20 pérdidas (solo 3 en el primer cuarto) y los 8 tiros libres fallados. Estos escalofriantes datos dicen mucho de su partido. El valor del triunfo del conjunto vitoriano radica en sobreponerse a su irregular juego durante los primeros 30 minutos: en el último cuarto no perdió ni una vez el balón y anotó 5 triples, cuando hasta entonces solo había anotado tres. Factor clave.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios