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LA TRIBUNA

La Cónsula: el absurdo sacrificio de un modelo

Todos a disfrutar de sus vacaciones, mientras los trabajadores siguen sin cobrar sus nóminas. Han sido años de incumplimientos con los empleados, con los proveedores, provocando frustración en los alumnos...

FRANCISCO OLIVA GARCÍA. EXCONSEJERO DE TRABAJO Y EXDIRECTOR DE LA CÓNSULA Y LA FONDA

Lunes, 14 de septiembre 2015, 12:23

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Después de tres años de asumir la Consejería de Educación la competencia en formación profesional para el empleo y demostrar su total incapacidad para poner dignamente en funcionamiento las escuelas de hostelería, de nuevo pasan a estar bajo la dependencia de la Consejería de Empleo, de donde, seguramente, nunca debieron salir.

Ahora comienza el camino de retorno, y según lo visto, con la misma ineficacia que antes y sin que nadie se sonroje al ver la incapacidad de realizar un traspaso de competencias entre consejerías de la misma Administración.

Todos a disfrutar de sus vacaciones, mientras los trabajadores de la Cónsula y la Fonda siguen sin cobrar sus nóminas. Han sido años de incumplimientos con los empleados, con los proveedores, provocando la frustración en unos alumnos que habían confiado en convocatorias de la Junta que después resultaron inexistentes o incompletas y un creciente desprestigio de un acreditado sistema formativo.

Ahora, cuando el curso debía comenzar, nos sorprenden con una reunión, a la que no asiste ningún representante de la Junta (todos los responsables son malagueños), a la que envían a un abogado para que represente a la administración andaluza. Con total respeto al trabajo del citado profesional, hemos leído los argumentos de hace tres años. «Es preciso nombrar presidente del Consorcio», «es preciso liquidar el Consorcio», «en los próximos meses se pagará la nómina», «pronto comenzará el curso». ¿Les suena?

Esta incomprensible dejación de responsabilidades por parte de los políticos de la Junta tiene varias causas. Primera, tienen pánico a dar la cara, sabedores de que Málaga no va a perdonar el absurdo sacrificio de un modelo único que tanto éxito ha reportado en veinte años de prueba. En círculos del partido se comenta que esta fue la causa del cese del anterior consejero. Segunda, son absolutamente incapaces de coser un modelo que la Consejería de Educación desbarató sin criterio alguno. Tercera, no tienen alternativa fiable para devolver la eficacia a un sistema que demostró suficiente validez y éxito.

Dicho esto, yo me pregunto, ¿por qué disolver los consorcios? Antes el argumento era para entrar en la Agencia Pública de Educación y Formación. Ese argumento, pobre antes, ya no sirve pues la competencia ya no corresponde a Educación. ¿Por qué desprenderse de socios leales, los ayuntamientos, que han prestado importantes edificios y que ahora, estoy seguro, serían más comprensivos y generosos en cuanto a su aportación al Consorcio?

¿Por qué renunciar a una parte importante de la financiación europea? ¿Por haber tenido que devolver alguna aportación por divergencias en la interpretación de los reglamentos? Eso ocurre todos los días en la discusión sobre la aplicación de los Fondos. No, el problema es otro, el problema es que se quiso culpar a las escuelas de una indebida utilización de los Fondos y eso es absolutamente incierto.

Las escuelas solicitaban anualmente a la Consejería de Empleo una subvención para la marcha global de las escuelas, en la que se especificaban los gastos que se iban a producir. En base a esa solicitud la Junta enviaba el dinero solicitado. Seis años después de aprobar las cuentas en los órganos estatutarios correspondientes se nos dice que se han realizado los gastos que estaban previstos en el presupuesto, pero que el dinero que se nos envió para esos gastos no debía haberse enviado.

¿Quién es el responsable? ¿La escuela que gastó el dinero solicitado en los gastos propuestos o la Consejería que envió, teóricamente, dinero destinado a otro fin?.

Todo comenzó cuando el anterior consejero, en un debate sobre los EDU en el Parlamento, relató que la Cónsula debía devolver 500.000 euros del dinero percibido de los Fondos europeos en el ejercicio 2008, dando lugar a toda clase de especulaciones sobre la indebida utilización del dinero público. ¿Saben ustedes en cuánto quedó esa devolución después de estudiar bien los documentos?, en poco más de 14.000 euros. ¿Ustedes han visto alguna rectificación en prensa o en el Parlamento? Yo tampoco, el daño ya estaba hecho.

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