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Esa ocasión final

pedro luis gómez

Domingo, 30 de agosto 2015, 01:36

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El golpe de efecto estimulante que supuso el fichaje de Roque Santa Cruz, recibido en la plantilla con alegría, fue contrarrestado de golpe y porrazo con la salida obligada de Darder, presionado por un representante pesetero y un fondo de inversiones que demostró su lado más negativo. Fue un inesperado porrazo que llegaba horas antes del viaje a Barcelona, donde nos esperaba el coco. Era el presagio menos deseado, pero este Málaga de Javi Gracia ha conseguido ya, de entrada, un efecto de equipo rocoso y hecho, capaz de sobreponerse a las adversidades enviadas de la mano de la falta de dinero.

El Málaga llegaba al Camp Nou con el recuerdo feliz de la victoria de la pasada temporada, pero también con la lección bien aprendida de que sólo haciendo las cosas muy bien podría intentar repetir la gesta. Los diez primeros minutos no presagiaban lo mejor, porque el asedio catalán fue casi asfixiante. Así y todo, la mejor ocasión de la primera parte estuvo en los pies de Juan Carlos, quien al ver a Bravo por calle Larios pegó un zapatazo desde casi 50 metros que puso el corazón en un puño a los locales.

La ofensiva culé fue in crescendo en la segunda parte, pero el orden blanquiazul se mantenía, y como solución final estaba Kameni. Orden y sacrificio frente a calidad y genialidades, una extraña pugna que tiene un difícil equilibrio porque hay que mantener la concentración al ciento uno por ciento, lo que es casi imposible. El gol de Vermaelen en el 72 fue una lástima porque fue, como suele ocurrir, la jugada tonta de la noche. Pero el Málaga mantuvo el tipo, estuvo bien y demostró su fortaleza mental, lo que no fue poco. Mucho mérito, pero poca recompensa. Lástima la ocasión final. Charles pudo continuar la racha...

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