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CONTRACORRIENTE

Estabilidad

MANUEL ATENCIA

Viernes, 29 de mayo 2015, 12:56

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Los resultados de las elecciones autonómicas y municipales del pasado domingo han dibujado, y sobre todo prevén, un panorama político en ayuntamientos y comunidades autónomas muy distinto al de los últimos cuatro años.

Al margen de que el PP haya sido la fuerza política más votada, lo que parece más destacable de estas elecciones es que estamos asistiendo a una fragmentación política desconocida hasta ahora en los treinta y ocho años de democracia. De hecho, por primera vez, en ninguno de los parlamentos regionales la fuerza política más votada dispondrá de mayoría absoluta. Al mismo tiempo, todo apunta a que muchos gobiernos locales y regionales se sostendrán en tripartitos, cuatripartitos e incluso pentapartitos, que tan poco útiles y eficaces fueron en el pasado en algunas instituciones territoriales.

Por otra parte, la irrupción con fuerza de distintas formaciones y plataformas políticas radicales y populistas de izquierdas -si obtienen el respaldo del partido socialista- parece que se va a traducir en que en las tres principales capitales españolas tendrán alcaldes de estas formaciones y a que las políticas que preconizan tengan una influencia decisiva en muchas comunidades autónomas y corporaciones locales.

No voy a profundizar en el análisis político de los resultados electorales ni especular sobre las consecuencias que todo ello pueda tener en el comportamiento electoral de los españoles en los comicios generales de final de año. En cambio, me parece oportuno aportar alguna reflexión sobre las consecuencias que para la economía española puede tener el nuevo panorama político territorial español.

En esta columna he destacado la importancia de la estabilidad política para afrontar la crisis económica, para salir de ella y para iniciar la senda de la recuperación.

La estabilidad política que hemos disfrutado en España en los últimos años ha sido un factor clave para acabar con los desequilibrios que habían conducido a nuestra economía al agujero y una palanca esencial para realizar las reformas estructurales que España necesitaba y que están propiciando la salida de la crisis y el inicio de una sólida etapa de recuperación económica.

Los organismos y mercados internacionales, que con tanta admiración han apreciado lo que hemos hecho los españoles en los últimos años para superar las dificultades, han destacado la importancia que la estabilidad política ha tenido, y tiene, para la recuperación de la economía española.

Estos días la prensa internacional e incluso alguna agencia de calificación han manifestado su temor o al menos su cautela ante lo que algunos han calificado como la «confusión del 24M» y los riesgos que para la estabilidad puede traer consigo la nueva situación política.

Es probable que con la estabilidad política pase como con tantas cosas en la vida, que muchos no le den la importancia que tiene y no la valoren suficientemente hasta que se corre el riesgo de perderla.

Para seguir por la senda de la recuperación necesitamos estabilidad y acierto.

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