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Cassá con dos puertas...

Teodoro León Gross

Miércoles, 27 de mayo 2015, 13:12

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El n.º 1 de Ciudadanos en Málaga, como en cualquiera de los mil ayuntamientos donde se han improvisado listas al emerger por la vía rápida como contrapunto a la efervescencia de Podemos, sólo tenía una misión para el 24M, sin más: representar a Ciudadanos. Y no parecía un reto difícil, tratándose de un proyecto político netamente regeneracionista de líneas diáfanas: tolerancia cero con la corrupción, reducir dedazos, auditorías de gestión y no intercambiar cromos. Pero el n.º 1 cayó en la tentación de representar no a Ciudadanos sino representarse a sí mismo. A las 24 horas de remontar el vuelo, este Ícaro asturiano con residencia en La Cala convirtió Ciudadanos en una caricatura. No es un caso único; otro Cassá en Almería andaba por las páginas del ABC con el mismo titular envenenando la doctrina sencilla pero poderosa de Rivera contra el mercadeo de cargos al modo de los viejos partidos clientelares. Y no se puede ser una cosa y la contraria sin ponerse bajo sospecha. Cassá con dos puertas...

Es notorio que C's ha tenido que improvisar listas exponiéndose a cuadrar candidaturas con tipos inexpertos y bajo el riesgo del coladero de arribistas con pocos escrúpulos o incluso desecho de tienta de otros partidos. Sólo se presentaban en mil ayuntamientos, no en ocho mil como los partidos tradicionales, pero aun así ya en campaña han tenido que depurar listas. Claro que el electorado sabía que por ahora los nombres sólo son actores secundarios instrumentales; lo que se vota con Ciudadanos es, parafraseando al viejo califa trabucaire, 'programa, programa, programa'. Por eso cuando un 'Cassá' se postula para la alcaldía, anteponiendo el nombre al programa, todo lo que representa Ciudadanos se descompone en ese titular. Le ha perdido la tentación de Narciso al verse en el espejo de las portadas. Ayer la sede central ya advirtió por whatsapp a los 'cassás' de expulsión si persisten en el mamoneo.

Parafraseando un axioma clásico del periodismo, 'los votos se ganan de uno en uno pero se pierden de mil en mil'. Hoy será difícil evaluar hasta qué punto Cassá habrá provocado no ya desencanto sino incluso votantes arrepentidos. Cabe suponer que prevalecerá la idea de que lo suyo fue sólo el subidón del 'día después' de un pichón novato en política al que además enredaron rápido Bendodo, que sabe más por diablo que por viejo, y De la Torre, que sabe más por viejo que por diablo, para achicharrarlo en la imagen del mercadeo de cargos. Pecar el primer día contra el primer mandamiento de Ciudadanos es de traca. Y Cassá puede permitirse firmar su suicidio político en tiempo record, pero el problema es inmolarse sobre el partido abriéndole un cráter de credibilidad. En definitiva la virginidad se puede recoser, como Leticia Sabater, pero no por eso se vuelve a ser virgen.

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