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Bendodo y el cambio generacional

Seis de cada diez votos restados al PP llevan la marca De la Torre, que parecía persuadido de cierta inmunidad

Teodoro León Gross

Martes, 26 de mayo 2015, 12:55

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Hace varias semanas, ante unas conchas finas para chuparse los dedos en 'Juanito Juan', la modesta taberna de El Palo que gestiona Pepe a ritmo de taquicardia y sonrisas, me dijo Elías Bendodo al verme pagar la cuenta:

-La próxima vez, ya revalidada la presidencia, invito yo.

Bromeé sobre su fe excesiva en un Dios sin duda equivocado -pocos días antes se habían dado un batacazo electoral perdiendo Málaga en las autonómicas- y me dijo:

-Yo sumaré 15 y Ciudadanos 2; tengo mi oportunidad.

Clavado. Tal vez sus cálculos no eran completamente precisos, pero sí bastante certeros. Por entonces nadie preveía con exactitud el varapalo en Málaga a De la Torre -en el peor escenario pensar en 13 parecía de locos-y a Titi en Marbella, pero él intuía por donde tenía flancos débiles y ya reforzaba alguna comarca en el interior donde adivinaba margen para ganar consistencia y compensar además los votos perdidos con Serón y Abdeslam, ex golfos de su cuerda. Como en las clásicas doctrinas militares, su punto fuerte es el equilibrio y le ha vuelto a funcionar ese instinto. O quizá sencillamente es la flor en el culo que hay que tener en momentos así. Bendodo se corona entre los supervivientes de la noche del 24M mientras el PP se desplomaba en comunidades y capitales.

Otra vez sólo hay dos provincias pintadas de azul en el sur peninsular, islas en territorio monocromo rojo: Málaga y Almería. Hace ocho semanas, en las elecciones autonómicas, la campaña de Moreno Bonilla caía por debajo de 200.000 votos, derrotados por el PSOE franqueando esa cota como ya había sucedido en las europeas un año atrás, en mayo de 2014. Y no es mérito de gestión, pero sí de estrategia además de sus alcaldes, a pesar del agujero en la capital donde De la Torre se ha convertido en lo que los yanquis llaman 'lame duck' con cuatro años en el horizonte. El alcalde, un veterano muy respetado y querido, va a afrontar toda esta legislatura con el cartel de 'prejubilado'. De los 70.000 votos perdidos por el PP en Málaga, 40.000 desaguan por el fiasco de Málaga capital. Seis de cada diez votos restados al PP llevan la marca De la Torre, que parecía persuadido de cierta inmunidad. Sólo así se explica el ensimismamiento de su lista con nombres como Teresa Porras o Mariví Romero. Y al menos en las ciudades medias se demoran las tendencias de cambio que siempre se anticipan en las grandes ciudades, así Madrid, Barcelona, Valencia o Zaragoza. Entretanto Bendodo ya es algo más que un delfín con ínfulas de meritorio; tras doctorarse este 24M. Eso sí, más allá del pacto, va a tener que gestionar el relevo generacional; enfrentándose a Celia Villalobos para evitarla como nº1 en la lista al Congreso después de treinta años en el machito y gestionando salidas como el faraón 'Tutankamontes' en Torremolinos o el traumático adiós del 'prejubilado' De la Torre. Al final no basta con la flor.

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