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CON PERMISO

Puedo prometer y prometo

Isabel Naranjo

Miércoles, 4 de marzo 2015, 12:25

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Quedan poco más de 24 horas para que dé comienzo la campaña electoral que culminará tras quince intensos días de anuncios y promesas, y una jornada de reflexión para asimilar esas proclamas, en la cita en las urnas del 22 de marzo. Es la primera de las tres convocatorias a las que está llamado el electorado andaluz a lo largo de este 2015.

Arranca pues la contienda en la que casi una veintena de de formaciones políticas, -tan sólo tres tienen representación en la actualidad en el Parlamento andaluz y otras tres con algún tipo de posibilidad-, aspiran a cosechar el respaldo necesario para tener voz y voto en San Telmo a partir de ese día.

Hasta entonces, se abre un periodo en el que se sucederán todo tipo de actos, estrategias y encuestas que contribuirán a formar y conformar la opinión que de cada partido tengan quienes detentan la responsabilidad de configurar el arco parlamentario de cara a los próximos cuatro años, salvo caprichos o circunstancias que impidan como en la presente legislatura, culminar el mandato.

Hasta la fecha, no todo está dicho ni mucho menos, porque con independencia de que sean simples indicadores de tendencia, las encuestas no siempre determinan el comportamiento electoral que tengan los electores, que cada vez tienen más dificultades para ejercer la tarea de depositar su confianza, en tantas ocasiones traicionada.

Máxime en una sociedad en la que la palabra política y la actividad en sí misma se ha desvirtuado y convertido en algo bien distinto a las premisas y postulados con los que se concibió esa actividad en sus orígenes, siglos atrás.

Pero en esa responsabilidad de la ciudadanía está la clave para determinar quiénes han de ser las personas y partidos más idóneos para ejercer la representación del común de los mortales y qué contenidos y programas han de llevar a la práctica.

Eso sí, previa exigencia de que no quede en papel sobre mojado lo que se vaya a anunciar a lo largo de las dos próximas semanas porque no hay nada que acarree a día de hoy más rechazo por parte de la sociedad que un engaño o incumplimiento de algo que se haya prometido a bombo y platillo. Es la hora de cacarear la ilustre frase que pronunció el presidente Adolfo Suárez, pero no quedarse en esa acción sino garantizar que se llevará a la práctica.

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