Relevo y cintura

LA conmemoración del aniversario del referéndum del 28F coincidiendo con el periodo electoral no es la primera vez que ocurre. Pero sí es novedoso que ninguno de los candidatos que van a concurrir a las elecciones del próximo 22 de marzo tuviera edad en 1980 de votar aquel referéndum, algunos ni siquiera habían nacido antes de aquel triunfal día para la historia política andaluza. Hace ya 35 años. La presidenta andaluza y candidata del PSOE, Susana Díaz, nacida en octubre de 1974, no tenía ni seis años. Algo mayor era el candidato del PP, Juanma Moreno, de la quinta de 1972, y algo mayor que este el de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, de la de 1966. Martín de la Herrán, candidato de UpyD, nació en 1976, mientras que Teresa Rodríguez, la candidata de Podemos, nació un año después del 28F, en 1981. El mayor de todos, el candidato de Ciudadanos, Juan Marín, tenía 17 años el día del referéndum histórico. En fin, la jornada de ayer sirvió para recordar que estas elecciones son las primeras andaluzas desde entonces, desde hace 35 años, en las que se produce un cambio generacional en los candidatos. Lo cual quiere decir también en quienes a partir del próximo día 22 gobernarán nuestras vidas andaluzas.

Puede que siga Susana Díaz como presidenta al mando de la Junta de Andalucía, si se confirman las encuestas. Pero estas son de naturaleza esquiva y sorprendente. Nunca han sido ciencia cierta. Tal cual se vislumbra, el patio parece muy concurrido, con al menos cuatro fuerzas políticas y ninguna mayoritaria. Esto quiere decir que habrá obligación de pactar para formar gobierno, para la aprobación de leyes y presupuestos.

Y es en este punto donde surge la pregunta, ¿está esta nueva generación preparada para la cultura del pacto, de la negociación, de los cedas al paso a favor del adversario como ocurrió en aquellos lejanos días de la transición y la autonomía? Díaz tiene ya experiencia, la del acuerdo que hizo posible la coalición con Izquierda Unida en el Gobierno de la Junta. Fue la encargada de muñir el pacto con José Luis Centella. Pero también ha sido la encargada de romperlo.

A Teresa Rodríguez, la dirigente de Podemos al que se le vaticina una amplia representación en el Parlamento andaluz, solo se le conoce la negociación que ha tenido con Pablo Iglesias para la candidatura andaluza. Ella parece que ha cedido más que la otra parte, incluso ha tenido que ceder su escaño fantástico del Parlamento europeo. Rodríguez ha confesado en algún foro que no hará pinza con el PP y dejaría al PSOE el Gobierno si es el partido ganador. ¿Y si lo es el PP, haría lo mismo?

Moreno también dice que dejará gobernar la lista más votada, pero con concesiones programáticas, lo cual suena a brindis al sol. Maíllo no quiere decir nada, pero en IU todos piensan que un acuerdo con el PSOE ya no sería como antes. Todos en realidad apuntan a acuerdos puntuales, del día a día. Para ello hace falta mucha cintura política y no se yo si esta juventud de mandarines la tiene o deben correr al gimnasio.