Suerte

La ministra británica de Transportes regaló el otro día un reloj al alcalde de Taipei. No sabía que los chinos lo consideran de mal agüero (les parece que es decir adiós a un muerto en un funeral). En 2007, los consejeros de Cajamadrid recibieron un reloj de 12.000 euros. En España no debe de dar mala suerte. 'Malocchio', mal de ojo, decían los italianos a Alfonso XIII cuando llegó a Roma. Se frotaban la ropa con los dedos índice y meñique para espantar la mala suerte. Aquí si alguien ve por la calle a Rato, Blesa y otros los llama chorizos. O «gánster» a Rato, como hizo el de las CUP sandalia en mano en el Parlamento catalán. Relojes, tarjetas, coches caros, poca vergüenza. Han pasado años de 'despilfarra' hasta que un juez ha imputado a 78 titulares de las tarjetas. Lo más vistoso. Pero lo de las preferentes sigue siendo peor. No sé si alguien tendrá justicia. Las personas, consejeros o estafados, lo que tienen es buena o mala suerte.