Siete días de Oro en El Corte de Cinta

Algunos alcaldes deben estar comiéndose no ya las uñas sino las falanges, o incluso los metacarpianos, profiriendo todo el repertorio de Haddock desde primera hora de la mañana: ¡Mil millones de mil demonios! ¡Bachi bozuks! ¡Cromañón, macrocéfalo, mameluco! ¡Pirata, anacoluto, ectoplasma! ¡Diplodocus, filibustero, logaritmo! ¡Especie de calabacín diplomado!... dedicado al calendario electoral de la presidenta andaluza que les ha reventado su agenda de inauguraciones. Todo, y todo no es simplemente casi todo sino absolutamente todo, estaba programado para llenar la primavera temprana, desde final de febrero, con un programa impúdico de actos cortando cintas a destajo para inaugurar, inaugurar, inaugurar, inaugurar todo lo inaugurable. Ahora estará prohibido hasta el 22 de marzo. Y desde ahí no habrá más que siete días hasta el bloqueo del calendario por las municipales. Ni el método Ogino lo ponía más crudo.

Con la frialdad de los viejos trileros, el alcalde de Málaga no pestañeó al ser preguntado por este efecto colateral del calendario; pero su agenda de marzo ya estaba marcada en rojo, un no parar, con los hitos del Centro Pompidou y el Museo Ruso, a lo grande, como en 2011 al inaugurar el Museo Carmen Thyssen sin terminar y sin firmar el contrato pero con Tita y Banderas posando para los fotógrafos del 'Hola'. Pero también parques, columpios, aceras, fuentes, contraventanas, bombillas... Este año el alcalde incluso ha llegado a inaugurar un semáforo, sí, un semáforo, en el Camino de San Rafael, con una corte de concejales. Es fácil imaginar lo que venía en la temporada alta: todo lo que se pudiera inaugurar, se inaugura.

Ahora sólo habrá una semana para inaugurar, así que lo del 23 al 30 de marzo va a ser una orgía. Todos los alcaldes andaluces a codazos. De traca. Los Siete Días de Oro de El Corte de Cinta. Incluso cabe descontar el 29, Domingo de Ramos, y el Lunes Santo, porque nadie va a disputarle la portada del periódico al Cautivo. De modo que se estrecha del 23 al 28. E incluso el 23 se reserva para la resaca del 22M, por ver pasar el cadáver de Susana o de Susano. Mal día para actos. Así que todo será del martes 24 al sábado 28, cuando Bendodo se atreverá con El Caminito del Rey, que al menos él ya lleva semanas inaugurando, incluso con la foto de Banderas. La perspectiva es un descojone. Llevaban meses programando obras para su campaña, y ahora lo de esos cinco días va a ser una bufonada, más que en 2011, cuando ya se tocó fondo con escenas hilarantes que ni Azcona, el guionista del esperpento nacional para Berlanga. El alcalde va a tener que reducir esa semana incluso sus duchas de minuto y medio, con su mujer al cronómetro, para inaugurar en sesiones non stop de 25 horas a riesgo de acabar confundiendo museos y semáforos, jardines y rotondas: ¡queda inaugurado... esto! ¡Lo que sea!