Borrar
LA NUBE DOBLE

Bien de citas

Juan Francisco Gutiérrez

Lunes, 26 de enero 2015, 12:26

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hoy toca comentar sin parar la cita electoral de Grecia, cuyos posibles resultados han hecho temblar las manos que mecen todas las cunas. Hoy también, según apuntan todos los dedos, Susana Díaz citará a los andaluces a unas elecciones que no tocaban. Y mientras tanto Rajoy, por temor al desamor del votante, se lanza a la reconquista: lo penúltimo, un vídeo rollo 'Avon llama a su puerta', donde declara a bocajarro su agradecimiento a diestro y siniestro. Por ahora no ha respondido a lo trinado por Bárcenas desde que salió de la trena, pero lo mismo se arranca esta noche en su cita con Piqueras.

Ayer, en el largo domingo de solazo, una amiga me trincó y me pidió una rápida crónica política. Le resumí la última aparición televisiva de Pablo Iglesias (incisivo como siempre y un poco faltón, casi como nunca); también lo de su furtiva quedada con Bono y Zapatero. Y tras contarle la pomada, ah, ella me dio cremita: «Nene, sé de tu amor por la cosa pública, pero tengo una cita a ciegas la semana que viene. Así que Syriza y Pedro Sánchez me perdonen».

Total que me relató después el viral del mes: The New York Times ha publicado un estudio donde prometen que en 45 minutos, a base de 36 preguntas, dos extraños pueden llegar a enamorarse. La cosa va de intimar, dorar la píldora y hacer sondeos del tipo cuándo cantaste a alguien por última vez o qué salvarías de un incendio. Yo le digo: «¿Nada entonces de hablar de ex parejas, de cuánto cobra o de a quién vota?». «De eso ni pío, hijo mío», me dice ella, que ha apostado por el amor vía Tinder, vía Meetic y hasta vía 'Adoptauntío.com'. Ahora confiesa que se ha apuntado al 'Groopify', una 'app' que concita, copa de por medio, a amigos y amigas de tres en tres, para ver si surge algo de dos en dos. En el primer intento a ella y a dos colegas las dejaron plantadas. Pero no ceja en el empeño: «Cari, en el amor hago como los griegos. Tan escaldados y sin perder la esperanza ni en la democracia, ni en la generosidad de los extraños». Al final no pude abstenerme de besarla, un poco en plan mitin.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios