Borrar

Quizá nunca se fue

Se ve que don José Luis no ha tenido suficiente, dicen que hoy conspira contra Pedro Sánchez y en favor de Susana Díaz, a la que habría dado ya sus bendiciones para el adelanto electoral

JOAQUÍN L. RAMÍREZ

Domingo, 25 de enero 2015, 13:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Si hiciéramos un inventario de noticias o sucedidos de calado durante los días y las horas de los últimos diez años, nos faltaría un espacio razonable donde poderlo detallar. Muchas malas nuevas han llegado de la decisión personalísima de alguien de carne y hueso que o no ha tenido más remedio que impulsar esa dirección, que se ha visto arrastrado por una 'fuerza irresistible' o cuya ambición personal o política irrefrenable no le permitía más trazado que el muy inconveniente de turno. En cuanto a la fuerza irresistible del mal -el mal sendero-, ZP es sin duda el más paradigmático ejemplo, inigualable. Nunca un presidente de gobierno de España tuvo ni exhibió más irresponsabilidad en el desempeño de su tarea. Nunca un primer ministro puso más en jaque a las normas, procesos e instituciones, de cuyo músculo, legitimidad y vigencia dependía su alta magistratura. No, no supo ser presidente de gobierno. Quizá con este precedente pueda entenderse ahora que tampoco sepa ser ex presidente. Su conocida reunión informal recientemente producida con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, supone otro de los importantes actos de irresponsabilidad -a ojos de muchos- y ausencia de lealtad que ya no extrañan a nadie. Pocos dudan, por cierto, de que la irrupción de este importado partido político no tenga su auténtica raíz reactiva creadora en la terrible pasada de ZP por la jefatura del gobierno. No ha respetado Zapatero tampoco a su secretario general, al de su partido, no; como tampoco lo ha hecho en realidad con el pueblo español. Tampoco ahora. Es la fuerza irresistible, esa que le llevó a cuestionar que la nación española exista, a repudiar parcial o totalmente la Transición -no se sabe-, a convertir Endesa en una empresa pública italiana, a gastar cientos de millones de euros en su delirante 'Alianza de civilizaciones', a negar la existencia de la crisis y por tanto no tomar medidas, a decirle a la madre de Irene Villa que comprendía su dolor como víctima del terrorismo porque él tuvo un abuelo, al que no pudo conocer, que murió como represalia del gobierno franquista, a despreciar la bandera estadounidense en su paso por la tribuna en la celebración del día de las fuerzas armadas, siendo jefe de la oposición, y a perseguir inopinada y tenazmente a Obama, una vez en la presidencia del gobierno, para que le recibiera alguna vez -oró ciertamente con él en un 'día de oración' en USA-. A que se alumbraran nuevos estatutos de autonomía abriendo brechas aquí y allá, a alentar a los independentistas catalanes en sus aspiraciones secesionistas, a no parar.

Se ve que don José Luis no ha tenido suficiente, dicen que hoy conspira contra Pedro Sánchez y en favor de Susana Díaz, a la que habría dado ya sus bendiciones para el adelanto electoral del 22 de marzo, que ya se da por hecho. Dicen que hoy anima la posibilidad de conformar una hipotética y futurible mayoría PSOE-Podemos o Podemos-PSOE para el gobierno de la nación. No es esperable que ponga pegas a la diferencia. Extraña, eso sí, un poco, el concurso del líder José Bono en la conspiradora reunión con Iglesias y hasta su papel de introductor de embajadores. Aunque puede que sea verdad eso de que Bono es un enfático practicante aunque no creyente que ya no engaña a nadie.

Del devenir, no obstante, nadie sabe. Aunque algunos hagan sus planes, traicionen y conspiren más de lo debido. De momento, la presidenta andaluza disolverá un parlamento en el que el PSOE es segunda fuerza e IU va a ser despedida a pesar de su descreimiento y su sonada docilidad. Todo indica que Susana Díaz cree que puede ganar -está por ver-, aunque sea sólo por una cabeza y que, de ese modo, podría llegar a gobernar sola o en compañía de algún otro. Así podría emprender, acto seguido, la batalla por la candidatura absoluta a la presidencia de gobierno por aclamación y sin primarias. Es lo que se llama un plan abierto, tanto que es públicamente conocido, y en él el papel del Secretario del PSOE es el de un mero figurante. Puede que toda esta acción de menosprecio sea un cálculo correcto, o puede que no.

El hecho de que Pedro Sánchez y Zapatero no se saluden últimamente puede indicar la molestia del primero por la reunión del segundo en 'casa Bono', o quizá también que el máximo dirigente socialista ve la mano del ex jefe de gobierno en el reto de Susana Díaz. No dan suerte las primarias, se habla de ellas con presunción y autobombo, son legitimidad, pero no hay tradición de querer demasiado a aquellos que eligen los militantes. Hoy Sánchez no lo tiene muy bien, Borrell un día tampoco pudo seguir, hay marejada en el PSOE. Al fondo España, el resto de las fuerzas políticas, el Partido Popular, Podemos, tres grandes citas electorales. Mucho por hacer, mucho en juego y muy complejo para que ZP quiera otra vez intervenir.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios