Otra mala segunda parte

El Unicaja, ayer en Zaragoza, llegó al descanso con un 31-44 favorable, tras ejercer de líder solvente en una primera parte cargada de seguridad y recursos. Lamentablemente, en la segunda mitad, como ya ha ocurrido en demasiadas ocasiones, el equipo se vino abajo, con un parcial de 51-32, favorable a los locales, solo 12 aciertos de 38 tiros en juego y una valoración parcial de 69-29, fiel reflejo de lo que cada equipo hizo en esa segunda parte para olvidar.

Diferentes criterios

Desde el principio, aunque ambos equipos defendían hombre a hombre, los componentes tácticos eran diferentes. Los locales hacían continuos cambios de hombre, y frecuentes ayudas interiores, tanto desde el lado del balón como desde el lado contrario. El Unicaja ejercía una presión en todo el campo, con 'dos contra uno' y más ayudas y recuperaciones que cambios. Suárez fue el único que jugó los diez primeros minutos completos, en un equipo que empezó insistiendo en el tiro exterior, pero que a medida que avanzaban los minutos buscaba más soluciones interiores.

Nuevas ideas

En el principio del segundo cuarto, Plaza nos sorprendió dando entrada a Karahodzic. El joven serbio alternaba las posiciones de 'tres' y de 'cuatro' con un Kuzminskas que aprovechó su polivalencia para iniciar el despegue de su equipo. El lituano combinaba las acciones interiores con las exteriores y con el rebote. Ambos técnicos recurrieron a sus titulares en los minutos previos al descanso, y el Unicaja seguía en su papel de líder muy solvente.

Otro panorama

Aunque tras el descanso, todo parecía seguir igual, pronto los ataques del Unicaja se empezaban a perder en defectos de ejecución y, como pasa siempre que ocurre esto, el porcentaje de aciertos se desmoronó. Como la defensa malagueña tampoco era la misma ya, los tiradores locales aumentaron su acierto. Con los aragoneses ya a cinco puntos, Joaquín Ruiz Lorente se apresuró a rematar al Unicaja poniendo a los suyos en zona. Afortunadamente, apareció Toolson y su equipo recuperó el mando.

Dominio local

El Unicaja entró en el último cuarto con nueve de ventaja, y el CAI colocado en zona para aprovechar la ausencia de Toolson, pero Stefansson y Kuzminskas no lo permitieron. Sin embargo, los locales eran ya los dueños del ritmo del partido. Plaza intentó reactivar a los suyos retirando a los aleros altos y poniendo a los dos 'cuatros' juntos, aunque el mal estaba en la excesiva retención del balón por parte de Granger. Al final, ni la zona del Unicaja le permitió el triunfo, porque los locales se mostraban ya muy acertados.