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EL MIRADOR

Inauguraciones & Mentiras

El año electoral ya avanza con el catálogo completo de señuelos, y no podía faltar el tren litoral de marras

Teodoro León Gross

Jueves, 18 de diciembre 2014, 12:38

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A seis meses de las elecciones, ya estaba tardando la Junta en sacar el tren litoral, pero por fin ahí está, con el brillo de las grandes mentiras. El año electoral ya avanza con el catálogo completo de señuelos, y no podía faltar el tren de marras que la Junta viene revendiendo desde que Chaves se lo sacó de la chistera en 2003 a pocos meses de las autonómicas con mucho chinchinpúm. El tren, olvidado de inmediato, reapareció en 2008, cuando Chaves se comprometió a la construcción en seis años, plazo ya transcurrido; y de nuevo reapareció en 2011, cuando se firmó un convenio con el Ministerio para crear una sociedad mixta, otro bluf hasta reaparecer nuevamente ahora en 2014. Lleva una década ahí, en la fanfarria de la propaganda oficial.

-Oye, ¿pero tú crees que esta promesa puede funcionar?

-Siempre ha funcionado.

Claro que si alguien te miente una vez, es culpa del mentiroso; pero si te miente constantemente, es culpa de quien se traga el bulo. Y eso encaja con aquella idea de la democracia como un grupo de lobos votando con las ovejas qué ovejas se van a comer, formulada por el viejo Ben Franklyn y reformulada por el libertario James Bovard en 'Los derechos perdidos'. Ahí está la sumisión del rebaño para dejarse devorar en las elecciones con el cebo de las promesas falsas. Como el embovedamiento del Guadalmedina, otro cebo recurrente desde que Celia vendió la idea en 2000 a toda infografía: en la campaña de 2003, el alcalde proclamó que era 'proyecto prioritario'; en la campaña de 2007, se planteó el estudio de Cedex; en la campaña de 2011, anunció el concurso; y tras el fallo, silencio hasta esta semana, otra vez en boca del alcalde. En definitiva ha comenzado la tómbola, museos, zonas francas, hospitales, trenes, saneamientos y mucho más. ¡Que no falte ni gloria!

El electoralismo es una sucursal de la corrupción. Con las mentiras no se roba dinero pero sí confianza. Y aún está por llegar además la temporada sonrojante de las inauguraciones: aquí el Centro Pompidou y el Museo Ruso a finales de marzo, la misma fecha del Thyssen en 2011 a dos días del límite legal -inaugurado con las obras sin concluir, la planta baja inundada y el contrato sin firmar- pero, eh, no vayan a pensar en electoralismo, ¡sólo es casualidad! Como el aeropuerto de Castellón aquella misma semana, sin aviones, o el Centro Niemeyer y suma y sigue. Se ve que Dios a veces sí juega a los dados, así que ahora se bajan los impuestos después de tres años de hiperpresión fiscal, el Ayuntamiento reduce hasta el IBI, la Junta saca plazas de Sanidad o Educación y devuelve la extra, el Gobierno firma pactos sociales para dar ayudas y rebaja hasta las peonadas del PER ya no tan diabólico. El programa habitual de 'inauguraciones&mentiras'. No toca recordar que asumir la mentira es una forma de asumir la corrupción; ¡es el momento de disfrutar como buenas ovejas!

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