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Un equipo de diez

Juan Antonio Morgado

Domingo, 14 de diciembre 2014, 01:26

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El Málaga batió ayer su récord de puntuación en los primeros quince partidos de Liga. Nunca tuvo el equipo blanquiazul 27 puntos en esos encuentros. A falta de un partido liguero (el domingo que viene, contra el Elche), el Málaga va a irse de vacaciones con la satisfacción no solo del deber cumplido, sino de haberlo hecho con creces. Ni los aficionados más optimistas esperaban la espectacular trayectoria de esta plantilla. Hay que usar este término en lugar del de equipo, porque ha quedado demostrado que juegue quien juegue la maquinaria no nota los cambios.

Repitió alineación Gracia, que parece tener las cosas claras en estos partidos anteriores al descanso navideño. Confió el técnico pamplonés en Duda, que volvió a moverse entre líneas a su antojo con la intención de desconcertar a los rivales. El portugués tuvo precisamente la primera ocasión del partido, cuando un balón caído del cielo le llegó a su pierna buena, la zurda, pero en lugar de empalmar a la primera, como era lo aconsejable ante la acumulación de defensas cerca de él, controló el balón y le dio lentitud a la jugada. Su disparo rebotó en un zaguero y la ocasión se malogró.

No tuvo problemas el Málaga en cederle el balón al Celta en los primeros compases del partido. Aceptó la propuesta el equipo vigués, que se lanzó sin dudarlo en busca de la portería rival. No supo sacarle partido a ese dominio el conjunto entrenado por Berizzo. Por su parte, el Málaga se encontraba a gusto contragolpeando por medio de Castillejo, Samu y Santa Cruz, uno de los mejores ayer. Estos dos últimos intercambiaron los papeles en la jugada que marcó el partido, que no fue otra que la del gol del triunfo. El paraguayó se escoró hacia la banda izquierda y puso un perfecto centro con la zurda hacia el punto de penalti. Allí apareció Samu, que remató de forma impecable de cabeza al primer palo, precisamente por el sitio que no esperaba el gran guardameta Sergio que fuera el balón. La jugada vino a demostrar que el Málaga se encuentra en un momento dulce y que el engranaje está perfectamente engrasado y prueba de rachas de mala suerte, porque supo acertar con la portería rival cuando el Celta buscaba su gol, que se le niega desde hace muchos minutos.

Santa Cruz volvió a su puesto de delantero centro y remató con peligro en varias ocasiones. En la primera de ellas, su zurdazo con rosca con la izquierda (de nuevo su pierna menos hábil, excepto ayer) que obligó a Sergio a realizar un paradón para enviar la pelota a córner. De nuevo remató el paraguayo con la izquierda en el minuto 57, pero su remate salió rozando el poste. El servicio de Antunes hacia el área fue precioso.

El Málaga se vio obligado a sobreponerse de nuevo a un contratiempo en forma de lesión. Weligton tuvo que retirarse, pero su sustituto, Torres, no desmereció al brasileño. Todos los jugadores blanquiazules estuvieron a gran nivel, como viene siendo habitual, y de nuevo hay que destacar a Kameni. El portero camerunés salvó al equipo con varias intervenciones oportunas, como en la que salió con valentía a los pies de Augusto. El guardameta malaguista estuvo bien colocado, lo que le permitió detener varios remates del Celta con menos problemas de los que hubiera parecido en primera instancia. Tener la portería bien cubierta (Ochoa demostró su buen hacer en la Copa) es una de las bazas de este Málaga que hace historia.

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