Bienvenida la emoción

En los primeros minutos del partido, la superioridad de los hombres altos del Unicaja se dejó sentir en el marcador (17-6). En el cuadro ruso predominaba el juego de perímetro. Itoudis mandó pronto al banquillo a Kaun para dar entrada a Hines, el pívot más pequeño de la Euroliga, que daba otro aire al trabajo estelar de Golubovic (8 puntos y 8 rebotes en otros tantos minutos). Plaza no aceptó el cambio de decorado y dio entrada a Vázquez.

Firmeza

El unicaja entró en el segundo cuarto con 9 puntos de ventaja y cinco hombres del banquillo. La defensa rusa hacía continuos cambios de hombres, estuviera o no el balón de por medio. Pronto el Unicaja se quedó sin pívots, con los dos 'cuatros' en las posiciones interiores, a pesar de la gran aportación Golubovic en los primeros minutos. La ventaja local siguió aumentando Con 14 puntos abajo el técnico visitante ordenó el retorno de sus hombres altos. Plaza tuvo que hacer lo mismo, y aunque Golubovic ya no parecía el mismo, su equipo siguió mandando.

Otra cosa

Tras el descanso, el juego cambió radicalmente. La primera metamorfosis se produjo en la defensa visitante, con una mayor carga del elemento físico. El otro cambio lo observamos en el juego de ataque del Unicaja, con pocos pases interiores y demasiado perímetro. El CSKA tomó el mando del partido y, en el comienzo del último cuatro, su dominio era total, porque el ataque local quedó paralizado. Cuando todo parecía perdido, Plaza puso a los suyos en zona y cortó la anotación visitante, aunque el ataque local seguía sin funcionar. En la prórroga, Plaza mantuvo la zona y su equipo aprovechó los errores del contrario para ponerse cuatro puntos por delante, pero los fallos en el tiro libre y la calidad de De Colo decidieron el resultado final del partido.