Sigue la recuperación

Algunos amigos me dicen que peco de optimista al sostener que, a pesar de las dificultades propias y de nuestros socios europeos, estamos en la senda segura de la recuperación económica. No oculto que siempre intento ver todos los acontecimientos y circunstancias de la vida desde una perspectiva positiva, tratando de sacar lo bueno de cada situación, mirando con optimismo al mundo y a las personas.

Creo sinceramente que no sólo por actitud vital, sino por razones objetivas, tenemos motivos para creer que el futuro económico y social de nuestro país, y por tanto de las personas que en él vivimos, va a ser mejor. Basta revisar los últimos datos o valoraciones económicas para considerar lo anterior.

La economía española está resistiendo bien al estancamiento de la zona euro. Esto lo destacan distintos organismos internacionales, como el FMI y el G-20, y lo acaba de hacer el Banco de España, que en su último boletín económico subraya que la «fase de expansión de la actividad se estaría prolongando en los meses finales del ejercicio».

El diagnóstico del supervisor confirma lo que desde hace tiempo viene anticipando el Gobierno y que ha repetido estos días el ministro de Economía, Luis de Guindos, cuando ha resaltado que, a pesar del entorno económico adverso, el crecimiento español ha alcanzado «velocidad de crucero». Nuestra economía, gracias a las reformas aprobadas, está avanzando a un ritmo que se sitúa en el entorno del 2%, lo que explicaría que, a diferencia de los ejercicios anteriores, el cierre del 2013 y también el de este año van a servir para consolidar la línea ascendente de la recuperación económica.

Mientras que De Guindos apuesta porque el crecimiento en el último trimestre de 2014 será prácticamente el mismo que el del trimestre anterior, Funcas vaticina que será algo menor. En todo caso, el Gobierno, el Banco de España y los analistas consideran que el crecimiento es robusto y que el año próximo la economía española seguirá al alza.

El crecimiento español se está sustentando, además de en las exportaciones, en la demanda interna, con la mejora del consumo privado, la inversión en bienes de equipo y la reaparición de la construcción. A lo que habrá que añadir, junto a otras señales positivas, los efectos de la reforma fiscal y el abaratamiento del petróleo, que añadirán algún punto al crecimiento del PIB.

Todo lo anterior se está trasladando al mercado laboral, en el que se observa un mayor dinamismo en la oferta de empleo, lo que se muestra en el hecho de que los que perdieron su trabajo más recientemente tardan ahora menos tiempo en encontrar otro.

La posición alcanzada por la economía española va a permitir aprovechar mejor las ayudas externas que llegarán en los próximos meses, como el programa de expansión cuantitativa del BCE y el Plan Junker para impulsar la inversión en infraestructuras en la UE, presentado esta misma semana.

En definitiva, hay que seguir empujando, pero estamos en la senda segura de la recuperación.