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Hermano menor

José Miguel Aguilar

Domingo, 23 de noviembre 2014, 17:13

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La mayoría de los componentes de ese sueño intenso que se vive despierto llamado Clínicas Rincón podrían escribir la novela de sus vidas, que una vez finalizada se convertiría en un ensayo de superación, muy alejado de la ficción y que rozaría la hagiografía. Cuesta imaginar en el deporte un caso parecido de un equipo en constante desequilibrio, con un técnico al que le cuesta entrenar porque no sabe con qué mimbres contará en cada sesión táctica programada y unos jugadores que amanecen sin saber quién los entrenará ese día y cuáles serán sus compañeros para preparar un partido en la Adecco oro, la segunda categoría en España. Un club de la élite del baloncesto compuesto por gente con una pasión desmedida por este deporte que suple todas las carencias con una voluntad inquebrantable.

Para el Clínicas Rincón, compaginar su trabajo con el del Unicaja no es fácil. Su sacrificio va más allá del esfuerzo físico, su mentalidad no es tanto conocer al siguiente rival como entenderse con unos compañeros que no sabes si serán los que luego tendrás en el partido, y su objetivo no es tanto ganar o perder como competir durante los cuarenta minutos en cada encuentro.

El Unicaja es el hermano mayor y su lógico egoísmo -priman sus intereses por encima de todas las cosas, lo que se asume como natural porque no puede ser de otra forma- dificulta la labor de Francis Tomé, un entrenador de la casa que a cada dificultad añade más dosis de realismo y de constancia, de fe en una línea argumental que suele conducir al éxito. Paciencia la exhibe, suerte la busca, talento lo ha demostrado, conocimientos tiene sobrados, aunque sea tratado como un hermano menor.

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