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LA ROTONDA

Hay dos castas

PEDRO LUIS GÓMEZ

Sábado, 25 de octubre 2014, 12:54

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Faltan aún muchos meses para que lleguen las municipales, pero parece que solo fuesen unas cuantas horas. Y no lo digo por las primarias de algunos partidos o por los codazos de algunos concejales para intentar repetir por encima de todo lo que haya pasar, sino por el 'clima', extraño y raro, que se respira en el ambiente en las formaciones políticas. Me explico. Ahora mismo hay gente que se está 'posicionando', de una forma o de otra. Los que ven que puede peligrar su victoria, como escurriendo el bulto y preparando la estaca por si hay que estrellarla, aunque sea sobre el cogote de quien antes te ayudó, te aupó y te metió en las listas. Los que ven que no van a ganar ni por asomo, con declaraciones en las que todo el mundo comienza a tener la culpa de matar a Manolete, pero él ni fue toro ni estuvo en la plaza de Linares ese día. Los que son una incógnita porque están jugando al agua tibia, esa que ni sirve para beber ni para bañarse, en un extraño movimiento funambulista de los que en política tan acostumbrados estamos y a la vez los ciudadanos tan hartos.

La cosa política está mal. Pero sobre todo para los políticos que son trabajadores, honrados, que no medran, que no tienen una lengua viperina y que encima anteponen por encima de todas las cosas el bien público a su propia vida personal. Y hay muchos, de verdad. Lo que pasa es que siempre se oye más al que grita, aunque no lleve razón, que al que calla, que no quiere decir en todos los casos que otorgue. Además, los de siempre, los que utilizan la 'puerta giratoria' con un descaro impresentable, los que sacan dinero con las tarjetas negras (eso de black es muy chic, pero tiene su traducción), los que dicen que hacer negocios de 2.500 millones de euros tampoco es para tanto, esos, digo, siguen diciendo que salga el sol por Antequera, aunque al final están cayendo todos. El problema es que hay mucho mediocre, y por lo visto lo único que quieren que haya en política son mediocres, gente sin curriculum profesional, sin estudios de importancia, sin preparación en una palabra, y por eso bajan los sueldos de los políticos, que en algunos ayuntamientos, como en el de Málaga, comienzan a ser casi insultantes... Porque hay dos castas, no una: la que está de siempre, que no quiere listos porque demostrarían su torpeza, y la que viene, que tampoco le interesa que un hombre o una mujer de éxito cambie su vida para entrar en política. Porque ahora ellos quieren entrar en el circo. Para eso, dirán, ya están ellos. ¡Dios...!

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