Masters of cards

El escándalo de las tarjetas negras de Caja Madrid (llamadas 'opacas' en plan eufemismo franciscano) tiene, aparte del punto cañí y picaresco de unos directivos nada cortadillos, una trama de serie televisiva que para sí quisieran los guionistas de, un poner, 'House of Cards' o 'The Good Wife', retratos de las cañerías políticas y jurídicas de EE UU (léase orbe).

En nuestras teles (y salvo casos como 'Crematorio'), las ficciones apenas sacan tajada de nuestros 'scandals' políticos. Los metabolizan en plan carne cruda, picada en tertulias como 'La Sexta noche', que el sábado triunfó con la vuelta de su hijo pródigo Pablo Iglesias. Extraña, en todo caso, la dejadez de los guionistas (¿o de los productores o dueños de cadenas?) hacia nuestro filón patrio de corruptelas, tan variadas como los entremeses cervantinos.

Está visto: apuestan antes por 'El Chiringuito de Pepe' que por argumentos como el de ese turbio chiringo de los 15 millones de gañote, fundidos por consejeros intachables pero de cuyo listado tachamos cada día a dos o tres, conforme dimiten. «Entendieron mal», dicen. Y tras cada uno hay un capítulo jugoso; un secundario de (mucho) lujo; un estadillo de gastos que es en sí mismo un estado de la cuestión. Qué pena que por tanta opacidad ni salgan en las series, ni tampoco (supongo) en el cálculo del PIB (que ahora incluye también drogas y prostitución).

Si en EE UU triunfa la versión gringa de 'Los misterios de Laura', ¿por qué no se anima alguna cadena a rodar un rollo 'Masters of Cards'? El tiempo reciente parece territorio vedado para nuestras series de ficción: excepto en un caso, eso sí, el de Isabel Pantoja. Su vida es ya un 'crossover' mítico, que ha hecho el paseíllo por todos los formatos: musicales, 'biopics', 'realitys'. Sin olvidar telediarios y, claro, la turba rosa. El más seguido 'prime time' del viernes pasado versó (en versión 'Deluxe') sobre el 'crowdfunding' emprendido (al parecer) para librarla de la cárcel. Y puede que, de paso, de una adaptación folclórica de 'Orange is the new black'. Veremos.