Muchos números

Desde la distancia, las cosas se ven diferentes. Por contra, a las puertas del Palazzo Strozzi de Florencia, Picasso se ve más grande de lo habitual. Su retrato de Dora Maar es el gran reclamo de la exposición que hoy abre al público. La cuna del renacimiento se rinde ante uno de los discípulos que reinventó el arte siglos después.

Una exposición con el nombre de Picasso son palabras mayores. También una ciudad. Así lo han entendido en Florencia -por mediación del catedrático Eugenio Carmona, alma mater de esta muestra italiana- y hace ya unos años lo entendimos en Málaga, cuando reivindicamos al hijo pródigo con el que teníamos una gran deuda pendiente. La inauguración del Museo Picasso fue un cambio de rumbo y la conciencia de que la cultura era un camino de futuro.

Desde la distancia, las cosas se ven diferentes. Con menos pasión. Ahora es el tiempo del Centro Pompidou Málaga, en cuya colección no podía faltar Picasso. Se construye con frenesí en el Cubo del Muelle Uno y florecerá con la primavera. Antes de que las elecciones despierten la alergia a más de uno. Se ven las prisas del Ayuntamiento para llegar a la fecha. Aunque si se tomaran su tiempo, lo criticaríamos por inoperancia. También se ve precipitación en la comunicación del proyecto. Primero se habló de un canon de un millón para los franceses. Hace dos semanas, se anunció que el gasto del Ayuntamiento iba a ser tres millones. Y esta semana, resulta que no. Que el coste total asciende a 4,2 millones y que los tres millones de los que se hablaba salen de restarle a esa cifra 1,2 millones que calculan por la explotación del museo. Demasiados números.

Esto nos va a costar a los malagueños 4,2 millones. Más vale haberlo anunciado desde que se sabía. Entre otras cosas para librar al proyecto de tanta presión y despejar el camino del excesivo ruido. De aquí a marzo va a ser una carrera y ya tienen suficientes obstáculos.