Otro entrenamiento

Los partidos de pretemporada -mucho más el primero- son como un entrenamiento más. La gran diferencia, en el plano técnico, con los de competición es que en ellos solo importa lo que hace tu propio equipo, lo demás no tiene importancia. Por supuesto, no existe ese estudio técnico del rival tan habitual en la competición. El Unicaja disponía, como arma fundamental, del contragolpe. Cuando este no era posible, el juego posicional carecía de organización y acierto. El Valencia, con ocho canastas triples de doce intentos, dominó sin dificultad los primeros veinte minutos. La mayor alegría para la afición fue la aparición de Alfonso Sánchez, unos años después, con el mismo entusiasmo de siempre.

En la segunda parte, la defensa del Unicaja mejoró y el cuadro valenciano tuvo menos facilidades. El juego del equipo cajista seguía limitado al contraataque y terminó el partido sin lograr un solo triple. El Unicaja no disponía ayer de plantilla para hacer frente al Valencia. La única línea al completo era el juego interior, que consiguió equilibrar la lucha por el rebote, aunque necesitaremos verlo más para formarnos una opinión más fiable.

Quizá, lo que más no llamó la atención es que Green no fue ayer esa amenaza desde la línea de tres que nos tenían prometida. Golubovic, por su parte, estuvo en la línea que esperábamos de él, como un fajador en las proximidades de la canasta. Thomas, por su parte, no convenció a nadie en su debut.