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Al fútbol con balón picudo

El PP inició el cambio en las reglas del juego un minuto después de las europeas

josé maría calleja

Viernes, 22 de agosto 2014, 12:57

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Si el partido empieza a jugarse en campo rectangular, con balón esférico y once contra once, no puede ser que cuando faltan diez minutos para el final, el campo se convierta en redondo, el balón en picudo y jueguen tres contra veintitrés. Algo así es lo que pretende el Gobierno con el cambio de ley electoral para los próximas comicios municipales. Mayoría absoluta para el que gane con el 40 por ciento de los votos e imposibilidad de que varias fuerzas puedan pactar para elegir alcalde aún cuando sumen una mayoría de votos respecto del primer partido.

El cambio en las reglas del juego se empezó a urdir un minuto después de hacer la digestión de los resultados de las pasadas elecciones europeas. Entonces se encendieron todas las alarmas en el partido del Gobierno, no solo por la pérdida de votos que sufrió, sino por la irrupción de una nueva fuerza política, Podemos, que sumada a otras de izquierda podría desbancar al PP en grandes Ayuntamientos, por ejemplo Madrid.

De llevarse adelante este cambio en la ley, el PP mantendría todas las alcaldías que tiene ahora y ganaría otras ocho, según algunos cálculos, con lo que el mapa municipal hispano sería abrumadoramente azul.

Con tal de lograr ese objetivo, el PP parece estar dispuesto a que ERC se haga en Cataluña con decenas de municipios y Bildu consiga lo propio en el País Vasco. Este dato, no menor, parece no importarle al PP en su afán por no perder ayuntamientos que hoy gobierna y por ganar aquellos en los que hoy está en la oposición.

Lejos de suponer una medida regeneradora de la vida pública, parece más bien una decisión egoísta, partidista, de mantener el poder a toda costa, aunque se abra un nuevo boquete en Cataluña y Euskadi. Se trata de una decisión de esas que irritan a ese tipo de votantes indignados, hartos de determinadas practicas políticas y que tan buenos resultados pueden obtener de seguir la tendencia electoral iniciada en las europeas. Hay en marcha en varias ciudades españolas en Barcelona, Guanyem, iniciativas de ciudadanos ajenos a los partidos convencionales que pueden llevarse esos votos de electores hastiados y acabar gobernando, quien sabe, importantes municipios.

De momento ni un solo partido ha dicho que seguirá al PP en ese cambio de reglas del juego, que por su envergadura debería hacerse por consenso. De no ser así, al retorcimiento de las normas, se le añadiría la evidente soledad del gobierno, lo que lastraría aún más la iniciativa.

El cambio en la ley debería proponerse en el programa electoral y, en cualquier caso, plantearse nada más abrirse unas nuevas Cortes Generales, aunque quizá para entonces ningún partido tenga mayoría absoluta y se haga imposible jugar al fútbol con un balón picudo.

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